lunes, 5 de diciembre de 2011

El final del invierno



Hoy me despido de Berlín. Dejo esta ciudad vibrante por la que no ha sido complicado sentirse atraído desde la primera noche, ni aún cuando tan poco me ha dado. Las costumbres germanas, combinadas con un afán exagerado, e incluso forzado, a menudo, de ser especial, recibirán a otros, entre sus calles cruzadas por los vestigios de viejas separaciones, de sueños utópicos. No me echarán de menos los camareros, tenderos, operarios del transporte público, ni tampoco lo hará el simpático vendedor de kebabs de la esquina. He sido un alma más que ha vagado durante diez meses por estas tierras que, como todas, es un compendio de luces y sombras, además de mucho frío. Mi reloj de arena se ha desgranado, dejando el cristal de una transparencia ajena, casi milagrosa. Es tiempo de despedidas acalladas por el anonimato y de recuerdos que recrear en la barra de madera de cualquier bar en Sevilla. Vuelvo a casa por Navidad, pero más que como el almendro, vuelvo como el lobo, sediento de nuevas galopadas, de nuevos acentos, de luchas renovadas. En Berlín sólo he podido robar algo del idioma y tasas impagadas. El resto, me lo ha robado a mí la ciudad, o el año, o el infortunio del barbecho. Llámenle x.

Con las maletas a cuestas, me dirijo al aeropuerto, que por una cosa u otra me ha tomado la medida en más de una docena de ocasiones. Me despido con una Berliner, cerveza que sin ser extraordinaria es identidad, y eso siempre es de apreciar en cualquier cosa. Me extraña –yo que soy de cantinelas e historias del abuelo Cebolleta– la ausencia de nostalgias, al igual que me sorprende esta pálida tristeza, más parecida al síndrome de Estocolmo, que a la sensación de abandono que se tiene cuando uno deja la alcoba de la mujer que quiere. Pronuncio mis últimas palabras en este pobre alemán que me llevo, para poner en el currículo, no para usar en mucho tiempo, ya que he pasado la época de embriagar a las turistas germanas, con mis trucos de veinteañero y con alcohol de madrugadas. Madrid, Carmona, Lanzarote, Londres, Adis Abeba, Sevilla y Berlín. Siete ciudades que me han recibido y acogido, durante mis años de estancias. Otras han sido más ligeras, como los meses incontables que he pasado en Alcalá de Henares, o en Soria, o mi breve trimestre en Tirana. Pero nunca tuve una residencia física en estos sitios, fue más aventurera y de forjador de almas, que otra cosa. Berlín me deja con 34 años, más curtido en derrotas que nunca y un fuego interno que arde como el infierno, el fuego de tercio español que se caga en la puta madre de los que disparan a matar y sale a por todas, pobre como un ratón, pero con dos cojones.

Han sido 188 días de contar batallas, de narrar historias, de estampar un sello que no rompo en dos, sino que guardo en el cajón de proyectos finalizados, para empezar otros nuevos. Es de agradecidos recordar a todas y todos los que me han querido escuchar, los que han comentado, discutido, reprendido, corregido y acompañado en esta cruzada. Los emplazo a un nuevo año, a una nueva locura literaria, sea cual sea. Pero hoy, 5 de Diciembre del 2011, aparecerá en los periódicos berlineses el peculiar hallazgo, en el barrio de Prenzlauer Berg, de una piel de oso vacía, aunque aún caliente.       

domingo, 4 de diciembre de 2011

El trabajo de todos y el sueldo de algunos



Nuestro electo presidente ha asomado la cabecita para decir que ya va siendo hora de gobernar. Algo así llevamos pensando un tiempo más de uno. Esto ha de ser un trabajo de todos, no sólo del gobierno, para salir adelante, ha dicho. Me parece bien. Pero, ¿vamos a cobrar todos el mismo salario que cobra el ejecutivo? Hmmm… me da a mí que no.
Desgraciadamente no todos son como ese empresario italiano que ha intentado vivir con el salario de sus empleados y no ha llegado ni al día 20. Él les ha subido 200€ netos a cada uno de sus trabajadores, nuestro gobierno sólo subirá impuestos. El empresario italiano ha bajado a los infiernos, para saber cómo es la realidad que allí se vive. Nuestro gobierno se limitará a bajar subvenciones y ayudas sociales, para que aprendamos que siempre se puede estar peor. El mundo, tal como nos lo están pintando, es una broma de mal gusto.

Mañana me marcho de Alemania. Ya saben, el país puntero por el cual medimos nuestra crisis económica. La nación de las hormigas, los previsores, los que gastan más de cien millones de euros al año en pólizas de seguro –inútiles, la mayoría, aseguran algunos expertos del mismo país–. Sí, Alemania, el estado al que todos hemos de adorar e irnos a la cama cada noche queriendo ser como ellos, para ocultar todos esos complejos que nos han metido dentro, durante los últimos años. Lo que importa es el dinero, el poder, el estatus, el ser el más respetado, escuchado y seguido. Y así los que tienen las riendas nos van llevando a donde quieren, sacando de nosotros lo que ya sacan de países de África, por ejemplo. Quieren crear clases en Europa y no me extraña: las vacaciones en España no son tan baratas como solían ser. Eso no puede seguir así. Quieren que seamos la amante a la que se tiran de vez en cuando, pero no a la que abrazan, cuando cae la noche.
Menos mal que, aunque estamos puteados, el sentido del humor nunca muere. Hay una petición en Internet a la NASA, para que Esperanza Aguirre lidere la primera expedición a Marte (http://actuable.es/peticiones/peticion-que-esperanza-aguirre-lidere-primera-mision). Por favor, si les gustó E.T. no lo duden, entren en la web y firmen. Ya verán como en unos años, la Tierra está llena de marcianos.

En fin, pase lo que pase, yo mañana me marcho de Alemania. Cierro un nuevo ciclo de mi personal andadura y acabo el año –que no ha dado buena cosecha–, como debe ser: entre amigos y familia. El que viene se presenta movidito, así que hay que coger aire, hacer las maletas y a seguir caminando.
Nos están intentando decir que sólo nos queda rendirnos y morir en la miseria, pero (y permítanme que aquí tire de casta, de nacionalismo, de ideología romántica, o de lo que sea que se le llame) España es un país cuya historia ha dejado bordada en tinta y sangre multitud de errores y también enormes virtudes. Yo me quedo con éstas últimas y, entre ellas, la de saber decir “basta ya”, cuando no se puede más y “vamos pa’lante”, cada mañana al despertar.    

sábado, 3 de diciembre de 2011

Los caramelazos de la justicia



A pocos días de despedirme, me da una pereza terrible el sentarme a contarles lo que pienso de las reformas de Merkel, de Cospedal o de la madre que bien tuvo a parirlas a ambas. Creo que hay una desidia política, que se me está calando sin previo aviso ahora que el gallo ya ha cantado tres veces y hemos descubierto una realidad llena de traidores, que reniegan de nosotros.

Es por eso que prefiero irme a tierra de pescaíto frito, playas escondidas y brisas portuguesas, para hacer una reflexión sobre el sentido del humor tan peculiar que a menudo se puede encontrar en mi querida Andalucía, tierra de discordias y duende, que es muy grande, le pese a quien le pese.
Para ponernos en situación tenemos que trasladarnos al 5 de enero del 2010. Concretamente a la cabalgata de los Reyes Magos, sus excelencias de Oriente, los únicos miembros de la realeza que al menos trabajan un día al año. No hubo excepción en las Navidades a las que nos referimos y sus majestades recorrieron las calles españolas, inundándolas de alegría, ilusión y muchos caramelos.
Huelva no fue una excepción. Gaspar, Melchor y Baltasar, se enfundaron sus trajes de faena, se remangaron los coloridos y sedosos ropajes que llevaban, y se pusieron a endulzar a los asistentes, siendo niños muchos de ellos.
Pero se ve que a una señora de esta localidad no le pareció muy bien el brío desplegado por el monarca negro, con lo que, ni corta ni perezosa, lo denunció en el Juzgado número 4 por francotirador, por negro o vaya usted a saber por qué. El caso es que el 2010, Baltasar se fue a casa con una denuncia interpuesta contra él por agredir a una viandante con una arma arrojadiza, o lo que es lo mismo, con un caramelo (que imagino no sería un Sugus).

Hace unos días se dio a conocer la sentencia, que es para mí, una de las piezas más agraciadas y simpáticas que he escuchado en mucho tiempo, por parte de la justicia española. Así el juez titular del mencionado Juzgado ha afirmado que, aunque no hay una amistad directa con el acusado, sí es cierto que, junto a Melchor y Gaspar, éste le ha venido ofreciendo “presentes cada 6 de enero desde que tenía uso de razón". También apunta que, como la denuncia va dirigida al rey Baltasar, puede que el que estuviera en la cabalgata no fuera más que alguien ocupando su lugar y no el acusado en cuestión. Además, de ser él, sería complicado acusarle ya que no se conoce su procedencia y sería cuestión de acudir al derecho internacional más que a la justicia de Huelva.

No sé si esta señora era una Belén Esteban, buscadora de dinero fácil y de llamar la atención por la vía rápida. Pero sí está claro que el juez tiene madera de ser un Paco Gandía, que no está dispuesto a que le venga nadie a meterse bajo los faldones de su toga. ¿No te gustan los caramelos, bonita? Pues el 5 de enero te quedas en tu casa. Lista.    

viernes, 2 de diciembre de 2011

Pongamos que hablo de Nicanor




Será que ya me estoy yendo o será que éstas son líneas ebrias de mi personal madrugada. Una noche más, un escrito más. Nada que haga cambiar el mundo. Pero hace un tiempo me topé con un poema que por lo visto hoy merece parte del Premio Cervantes. En su día me encantó y es por eso que hoy acallo mi ego para dejar hablar una voz casi centenaria que dice que esta historia “es olvido”:

Juro que no recuerdo ni su nombre,
Mas moriré llamándola María,
No por simple capricho de poeta:
Por su aspecto de plaza de provincia.
¡Tiempos aquellos!, yo un espantapájaros,
Ella una joven pálida y sombría.
Al volver una tarde del Liceo
Supe de la su muerte inmerecida,
Nueva que me causó tal desengaño
Que derramé una lágrima al oírla.
Una lágrima, sí, ¡quién lo creyera!
Y eso que soy persona de energía.
Si he de conceder crédito a lo dicho
Por la gente que trajo la noticia
Debo creer, sin vacilar un punto,
Que murió con mi nombre en las pupilas,
Hecho que me sorprende, porque nunca
Fue para mí otra cosa que una amiga.
Nunca tuve con ella más que simples
Relaciones de estricta cortesía,
Nada más que palabras y palabras
Y una que otra mención de golondrinas.
La conocí en mi pueblo (de mi pueblo
Sólo queda un puñado de cenizas),
Pero jamás vi en ella otro destino
Que el de una joven triste y pensativa.
Tanto fue así que hasta llegué a tratarla
Con el celeste nombre de María,
Circunstancia que prueba claramente
La exactitud central de mi doctrina.
Puede ser que una vez la haya besado,
¡Quién es el que no besa a sus amigas!
Pero tened presente que lo hice
Sin darme cuenta bien de lo que hacía.
No negaré, eso sí, que me gustaba
Su inmaterial y vaga compañía
Que era como el espíritu sereno
Que a las flores domésticas anima.
Yo no puedo ocultar de ningún modo
La importancia que tuvo su sonrisa
Ni desvirtuar el favorable influjo
Que hasta en las mismas piedras ejercía.
Agreguemos, aun, que de la noche
Fueron sus ojos fuente fidedigna.
Mas, a pesar de todo, es necesario
Que comprendan que yo no la quería
Sino con ese vago sentimiento
Con que a un pariente enfermo se designa.
Sin embargo sucede, sin embargo,
Lo que a esta fecha aún me maravilla,
Ese inaudito y singular ejemplo
De morir con mi nombre en las pupilas,
Ella, múltiple rosa inmaculada,
Ella que era una lámpara legítima.
Tiene razón, mucha razón, la gente
Que se pasa quejando noche y día
De que el mundo traidor en que vivimos
Vale menos que rueda detenida:
Mucho más honorable es una tumba,
Vale más una hoja enmohecida,
Nada es verdad, aquí nada perdura,
Ni el color del cristal con que se mira.
Hoy es un día azul de primavera,
Creo que moriré de poesía,
De esa famosa joven melancólica
No recuerdo ni el nombre que tenía.
Sólo sé que pasó por este mundo
Como una paloma fugitiva:
La olvidé sin quererlo, lentamente,
Como todas las cosas de la vida.
                        (Nicanor Parra, Premio Cervantes 2011).

jueves, 1 de diciembre de 2011

A Paco también lo desahucian



Me ha dado mucha pena leer que Don Claudio –Franco para los amigos y libros de historia–, se va a quedar sin casa. Hemos entrado en una racha de desahucios que ya no sabemos ni cómo ni dónde poner freno. Un escándalo. Y claro, la gente está muy preocupada porque el generalísimo (así, en general) tenía una capillita muy chula en la que descansaba en paz. Y todo el país descansaba también y en paz, porque sabían que de allí no podía salir. Pero estamos en tiempos tan locos, que ni los muertos se quedan quietos. Y mover a Franco, no me digan que no, siempre acojona, sea cual sea el motivo.

“Es que el tío se ha pillado un adosado de puta madre en El Valle de los Caídos y él ni murió en la guerra ni na”. Yo iría más lejos: en las guerras uno no se cae, sino que lo matan y me parece una desfachatez que encierren a los asesinados, junto a su asesino. Así que ahora se pide que de ese valle se haga un monumento ajeno a las políticas de entonces y de ahora, y que se haga un monumento por los españoles que murieron en la guerra, luchando por lo que creían. Franco tampoco encaja en este nuevo concepto de edificio con lo que tendrá que ser llevado a otro sitio. Pero, ¿dónde? Gran pregunta. Gracias. No hay de qué.
La Iglesia decidirá, si esto se lleva a cabo, si se pueden sacar los restos del que otrora fuera cara de monedas y años grises. La Iglesia, la cual está para todos y todas, es la que tiene la potestad sobre dónde poner a un dictador que mantuvo el alma de millones de españoles callada, apagada y marchita, durante demasiados años. El responsable del tipo de guerra más terrible que existe, la que se da entre hermanos, es asunto de la Iglesia. Algo curioso, cuanto menos.

A mí se me ocurren un par de cosas que poder hacer con los huesos de este hombre. “Tú eres muy bruto, capaz eres de echarlos a los perros”, dirán algunos. Bueno, puede que sea muy bruto, pero le tengo un gran cariño a los animales, con lo que esta medida me parecería horrorosa. Franco merece ser recordado y visitado, para que la gente sepa que es un personaje real del que debemos aprender mucho, para no caer en sus mismos errores. Pues esos errores del pasado son los que aún no nos dejan crecer como un pueblo unido, como un pueblo que aunque difiera en cuanto a intereses, tuvieron los cojones de echar a los franceses de España y luego murieron con ellos, luchando contra los ingleses. Siempre con coraje y con agallas, con pasión y con un sentimiento de patria efervescente. Hoy eso se ha perdido, se ha hundido en las calamidades de una tierra magullada por los cortes hechos por nosotros mismos a nosotros mismos.

Así que nada, Paco a la calle, y no creo que los del 15M detengan a las autoridades para que no ocurra el desahucio. Éste tiene buenos padrinos y no necesita de nadie. Entre el rey y Rouco se apañan. Quizás sea éste el único desahucio en el país que les preocupe.       

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Mierda de venda que le han puesto a la justicia

 
“¿Ves algo?” Me preguntaban mis compañeros de juego, cada vez que me vendaban los ojos, para luego darme diez vueltas y soltarme en medio del parque. “¡Estoy aquí! ¡Ven y cógeme!” Me gritaban los muy cabrones, mientras camuflaban las voces o se escondían en sitios inaccesibles. Era una angustia de juego, la verdad. Habría sido un ciego terrible. Como cegato me defiendo.
Algunos listillos, intentaban hacer trampas y mirar por los bajos de la venda. Disimulaban y hacían como que tropezaban, que se orientaban por el sonido, el olor o a saber qué. Pero estaba claro que hacían trampa.

De esto me acordé esta mañana cuando fui recorriendo las noticias y me quedé con la copla de cómo el sistema judicial funciona últimamente. Dejando de un lado el que al médico de Michael Jackson le hayan caído cuatro años de prisión, en España, tenemos varios casos curiosos:
- Por un lado hay un niñatillo que con sus colegas encontró de los más divertido amenazar por twitter a un periodista deportivo. ¡Qué jacarandoso! Pues hala, ahí lo lleva, detenido por ocurrente y puede enfrentarse a la condena de hasta dos años de cárcel. Mira qué gracia tiene ahora.
- Luego tenemos a los profesores, esos que dicen ser profesionales y lo que son es un puñado de flojos que ni trabajan ni nada de nada, sólo vacaciones y tocarse las pelotas entre examen y examen. O al menos es así como los ven en Madrid. Por eso que el gremio está en la calle. Sin rendición. Pero son unos terroristas. ¿Pueden creerse que fueron a votar con una camiseta que decía "Escuela pública de tod@s para tod@s"? Habrase visto semejante sinvergonzonería. Pero bueno, menos mal que nuestro sistema de justicia funciona estupendamente y ahora se enfrentan a hasta un año de prisión. Se les van a quitar las ganas a esta gente de tanta camisetita. Más tiza y menos moda, les gritarán desde la calle Génova, donde se puede encontrar la única Esperanza que habita en Madrid desde hace años.
- Por último, pídele cuentas al rey, tenemos lo que Ignacio Escolar llama una organización “sinónimo” de lucro: Nóos, o para que nos entendamos, el cortijo de Iñaki Urdangarin, el yerno del rey. Más de 20 millones de euros, entre subvenciones, pisos y dinero a la Casa Real, de los que se han pedido cuentas. Es un tanto raro el que una ONG resida y repose en paraísos fiscales, recibiendo dinero de gobiernos y de la popular SGAE. Alejandro Sanz por ahí rompiéndose el alma por los pobres del mundo y el ex jugador de balonmano, cogiendo rebotes sin descanso. Pero, ¿cuánto le va a caer? ¿Se está hablando de cárcel para él? ¿Es un delito robar cuando eres de la familia real? ¿O le echarán de la foto de Navidad? Y digo yo que su mujer y familia se daría cuenta de que entraba mucho dinero en casa, ¿no? ¿O es que la monarquía, además de gorrona, es gilipollas? 

Esta vez yo no me la ligo. Estoy escondido detrás de un arbusto o junto a un columpio del parque. Pero me he dado cuenta y no me callo, he de decirlo. Así que sin miedo a que sepa donde estoy, grito: “¡Justicia, no seas tramposa! Desde aquí se nota que estás mirando por debajo de la venda. Venga, no me jodas, sé legal”.

martes, 29 de noviembre de 2011

Nunca la biología se tomó tan en serio



Imagínense: de nuevo han vuelto a esas aulas de colegio o instituto en las que tuvieron que sufrir durante muchos años, demasiados, intentando formarse como personas, combatir el acné, enfrentarse a los complejos, los primeros amores, las extrañas asignaturas que nos enseñaban, los padres, los recreos, el correr más que nadie, el primer beso, las caricias, las cartas del día de los enamorados, la Nocilla (que ni comparación con la Nutela alemana), los cromos, la comba, los que se pelean se desean, el pollito inglés, el escondite inglés, el corte inglés (ya de mayores somos más de francés), etc.

Imagínense: hay una profesora que nos parece atractiva, dentro de lo que la edad te deja pensar. Nos fijamos en ella cuando anda por el pasillo, cuando nos enseña Biología, cuando se da la vuelta y nos dibuja células en la pizarra, cuando nos sonríe al hablar. Es increíble, maravillosa, única. Y encima le gusta dar clases y tratar con los alumnos y alumnas de forma natural y divertida. Sabe llegar. Además se curra las clases. De hecho, en una de ellas, decide darles unos archivos a los alumnos, para que entiendan mejor el tema a dar. Su entrega es sin duda destacable.  

Imagínense: la profesora lleva unos días muy liada con tanto trabajo. Preparando la carpeta con documentación para su clase, se ha tomado un respiro para ver las fotos de sus recientes vacaciones con su novio. Lo que realmente está deseando ver de nuevo, para relajarse, es el vídeo que se hicieron mientras mantenían relaciones sexuales. Se recrea en las imágenes y descarga tensiones, mientras añora el cuerpo de su amante, recorriendo el suyo, ahora tan tenso y echándole tanto en falta. Cuando el vídeo acaba, vuelve a sus quehaceres, deja el material para los alumnos preparado y listo en su ordenador. Al día siguiente entrega en clase lo que será material con el que asumir mejor los conceptos de la asignatura. Todos contentos.

Imagínense: los alumnos llegan a casa, tras la jornada estudiantil. Almuerzan o meriendan, ven un rato la tele y se van a sus cuartos a echarle un vistazo a lo que les ha dado la profe de Biología en clase hoy. Entre los archivos PDF encuentran una subcarpeta que dice “Vacaciones”. La abren y con ella la Caja de Pandora, dejando salir fantasías cumplidas, cuerpos encadenados, la moral a reñir al mundo y el escándalo con hoja afilada. Los padres ponen el grito en el cielo y lo observan desde abajo, contemplando la furia de sus palabras, pero sin darse cuenta de que la gente comete errores y de que gracias a ese fallo, muchos niños mejoraron su infancia, adolescencia o lo que sea enormemente. De hecho, algunos estudiantes, conscientes del tesoro adquirido, decidieron compartirlo con el mundo y lo colgaron en Internet.

La vida deja a veces historias increíbles de las que a uno le encanta hacerse partícipe, porque sin duda son excepcionales. Como aún no tengo hijos puedo reírme de estas cosas. Los que los tengan que hagan el papel de escandalizarse y quemar a la profesora en la hoguera, porque esto ocurrió en Argentina hace unos días y desde entonces la Biología es un tema muy serio.    

lunes, 28 de noviembre de 2011

Cuando los lunes llegan con éstas, poca cosa se espera para el viernes



Ayer recibí un par de comentarios sobre el caso de Marinaleda. Que si el alcalde es un corrupto, que si en ese lugar sólo se le hace caso a una fuerza política, etc. Nada de esto atiende a la entrada, donde ni siquiera reflejo el nombre de nadie en la administración de la localidad. La idea era reflejar la posibilidad de que algo así exista y funcione para cientos de personas que tienen al menos una casa digna y un sitio donde vivir. No se puede decir lo mismo de esas miles de personas en España sin un mísero rincón donde descansar.  


El problema de la España del Lazarillo de Tormes y del Buscón es que hay mucho listo y en cuanto arañamos un poco en algo interesante, nos encontramos con mierda y engaños. Esta madrugada, bicheando las noticias, me he encontrado con estos titulares que así lo demuestran:

“Colosal saqueo de dinero público”: lo de siempre, mafia en el PP Valenciano. Nada que nos sorprenda, como tampoco lo hace ya el que sigan votándoles.
“Alcaldes y ediles de Barcelona se endosan hasta 38.000 euros al año en dietas”: mucho comer es eso, ¿no? Sobre todo si le llaman dietas. Pero bueno, tampoco es un problema, ahora se reduce la sanidad y la educación se encarece y todos listos. Como los buenos cánones políticos mandan.
“La inversión pública se desploma en todas las cuentas regionales de 2012”: se congelan los presupuestos, se invierte menos en obras públicas y bienes sociales y así se puede mitigar en algo el despilfarro, asalto a mano armada y estropicio que las comunidades han ido haciendo en estos últimos años. Es como tener un colega que se harta de copas, de coca y de ir a que se la chupen, para que luego él te llame y te diga que vayas a recogerlo y de camino lo pagues todo, que él ya no tiene más. No se equivoquen, eso es lo que nos queda en los próximos años: pagar por lo que otros disfrutaron. Y si hay dudas de ello, el último titular del día:
“La OCDE prevé que el paro en España suba hasta el 23% el próximo año”: esto no necesita ni comentarios, excepto que para aquellos que no lo sepan y se encuentren sin ganas de buscarlo, la OCDE es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

Así que nada, a disfrutar de los próximos meses, que vienen olas cojonudas. Más de uno nos acordaremos de esos vecinos de Marinadela pagando 15€ al mes por una casa y cuando nos digan: no hagas caso, el alcalde es un chorizo, un hijo de puta, un ladrón –o lo que sea que le llamen los que dicen que saben de cómo va la movida–, yo me diré a mi mismo: “qué bonito el día en que los alcaldes corruptos de los pueblos empiecen a dar viviendas dignas a sus ciudadanos, en vez de forrarse con contratos millonarios hechos con las inmobiliarias de moda, entre otras muchas más cosas que hacen para sacar tajada de todo, y sólo para él y los suyos. ¡Qué bonito!”. 

domingo, 27 de noviembre de 2011

15€ al mes



Cuando hace tres años entrevistaron a una ciudadana de Marinaleda, en el programa de Vidas Anónimas, la buena señora necesitó unos segundos en recordar la palabra hipoteca, porque era algo “que se decía mucho en la televisión”, pero de la que ella no sabía nada. Ya habían sonado entonces las trompetas de la crisis y la mayoría de los españoles conocía de sobra qué era una hipoteca y cómo iban a empezar a doler, especialmente en los bolsillos de las casas más desafortunadas.
Esta mujer, que habló frente a las cámaras y que enseñó orgullosa su casa de “autoconstrucción” no es una mujer rica, no. Es una ciudadana de Marinaleda y en esta localidad de Sevilla, se pagan 15€ al mes por el pago de una casa de 36.000€ de 90 metros cuadrados, más cien de patio. Porque el Ayuntamiento pone el terreno, los materiales e incluso el arquitecto que haga el proyecto.
En el 2008 esta mujer sabía que había crisis, porque el alcalde lo había comunicado así en una Asamblea General y porque entre todos estaban decidiendo cómo enfrentarse a ella. Con las necesidades básicas cubiertas y más que dignamente.

En un pueblo donde la guardería, con comedor, cuesta 2€ al mes, y donde en lugar de Semana Santa, se paga una semana cultural, merece al menos un poco de atención. Y en estos tiempos de desconcierto, el leer estas palabras en la web oficial de esta localidad de poco más de unos 3.000 habitantes, he pensado que creer en utopías es siempre mejor que creer en mentiras.

“Y mientras luchábamos por la tierra, por la industria, por el empleo, nos dimos cuenta que había otros derechos elementales que había que conseguir. Y la primera necesidad que detectamos fue la falta de viviendas pero también nos dimos cuenta que nuestros ancianos no tenían un lugar donde estar después de tantos años de sufrimiento y escoceses, tampoco había consultorio médico, ni guardería infantil, ni instalaciones deportivas y las calles estaban sin asfaltar y apenas sin luz...  

Por Democracia Social entendemos el acceso a todos los bienestares sin límites de la totalidad de los habitantes de nuestro pueblo. Siempre hemos pensado que la libertad sin igualdad no es nada y la democracia sin bienestares concretos para la gente concreta es una palabra vacía y un engaño para hacer creer a la gente que es parte de un proyecto cuando realmente no se cuenta con esa gente para nada.  

Nos parecía que en este campo no había que tener límites. Que los bienestares colectivos deben soñarse por el pueblo y deben convertirse más adelante con lucha en realidad porque ninguna de las aspiraciones populares por aparentemente inalcanzable que parezca puede ser negada ni en el pensamiento ni en la acción por la izquierda si ésta es auténticamente revolucionaria.  

Así que nos pusimos a conquistar toda y cada una de aquellas cosas que a simple vista nos faltaban”.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Los alemanes: más papistas que el Papa



De todos es conocido la vertiginosa velocidad con la que el Papa se desplaza por las calles de las numerosas ciudades que visita. Hay de hecho serios rumores de que el Batmóvil (el automóvil del desalado superhéroe) está basado en el Papamóvil. No cabe la menor duda de este dato cuando observamos al níveo medio de transporte coger las curvas sobre raíles, avanzando a al menos 20Km/h; a todo gas, vamos.
Es por este motivo que una generoso alemán, preocupado por la seguridad vial y por la salud del dirigente vaticano, ha denunciado a la máxima entidad católica por viajar en el Papamóvil sin llevar el cinturón de seguridad puesto, como Dios y la Dirección General de Tráfico (y su homónima teutona) mandan. Una cosa es ser el supremo representante de una deidad en la Tierra, y otro ir a lo loco, así, a pecho descubierto, sin ver el peligro que encierran las carreteras urbanas. El Papa es un ejemplo para muchos, pero su compatriota ha visto una temeridad asombrosa en sus acciones, durante su última visita a Alemania y así lo ha querido denunciar, vox populi.

A mí personalmente, que el Papa lleve cinturón de seguridad me importa un carajo. Más me importaría y de hecho pediría, que se les pusiera un cinturón, pero de castidad, con cinco claves y veinte candados, a muchos cardenales, obispos, curas, diáconos y seminaristas. Creo que el mundo y la Iglesia irían mucho mejor con esta medida, que con la de atar al Papa al asiento de atrás, no pudiendo saludar a las masas. Con lo que somos nosotros de masas. Lo que nos gusta un mogollón montado por ver a quien sea. Hemos convertido a los hombres de fe en estrellas del rock. Si no están de acuerdo conmigo, recreen por momentos la última visita papal a España: el encuentro de los jóvenes en Madrid. No sólo fue un baño de gentes para ver el Pontífice, sino también para ver al rey de los frutos secos: Kiko Argüello, líder espiritual de los seguidores del Camino Neocatecumenal (apodados “los kikos”). Este hombre ha inventado una forma de vivir la fe, que produce abundante nuevo género para la Iglesia. Claro, ésta adora a Kiko (por las vocaciones que da), casi tanto como a los del Opus (por el dinero que dan). Y así sigue el negocio en marcha.

Sea lo que sea, sea lo que fuere, los mortales tenemos que respetar las normas de circulación, como los madrileños tienen que pagar más por el transporte, para subvencionar cosas tan vitales como las jornadas de fe y las eternas olimpiadas interruptus. Esto es lo que pasa cuando mezclamos lo humano con lo divino: siempre pagan los que no llegan a final de mes, crean en Dios, en Alá o en el Pato Donald.

Qué pena que hay algunos que se parten la cara por dejar en buen lugar a la institución que parece empeñada en sólo traer desencanto, escándalo y decepción tanto para creyentes como para detractores.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Cuando España era aconfesional y los chorizos iban a la cárcel



Con qué dicha recibe uno las noticias del día. Con qué gozo y entusiasmo uno echa un vistazo a esos titulares que te dejan con unas ganas enormes de mudarte al país más alejado que se te ocurra. Con qué alegría pasa uno por las entrañas de los periódicos de los unos y de los otros, encontrándose con calamidades de toda índole. Así, hoy hemos podido presenciar como el gobierno ha querido dejar su última gran obra, su último regalo a la nación indultando a un banquero (que manda cojones que además de no encerrarlos, se pongan a perdonar a los ya acusados y con sentencia firme del Supremo). Y encima, para rematar el día tengo que leer las paguatadas de la defensora de la educación en España: Aguirre, que ya saben, en casa de palo…

Lo de soltar a los banqueros en los tiempos que corren pues nada, no sorprende siquiera. Y menos aún si el banquero es del Santander. ¿Cómo puede permitirse el lujo ahora el PSOE de mosquear a Botín y a sus secuaces? No puede ser. Ahora que ya no están en el gobierno y la SGAE no les desvía dinero, les va a faltar algo de efectivo, para poder seguir dando guerra, desde la oposición y con quién mejor que con la ayuda del zapato más rico del mundo: el Señor Botín. A ése no hay quien lo calce.
Me pregunto cómo se sentirá toda esa gente a la que el gobierno representa, al descubrir que los indultos son usados de esa manera, para este tipo de gente y por el mero motivo de que si no lo hacían, este hombre, Alfredo Sáenz, no sólo tendría que haber ido unos meses a la cárcel sino que también, por el delito, no podría haber sido directivo de un banco nunca más. El Supremo le condenó: prisión e inhabilitación, el gobierno le indultó. Es tan estúpido como por parte de los romanos el soltar a Barrabás, un asesino de romanos.

Para refugiarse en la fe y pedirle a Dios que la hagan ministra, hoy Espe ha ido al XI Congreso de Escuelas Católicas en Madrid, donde ha pedido a los profesores que transmitan los valores cristianos. ¿Cuáles son esos valores y cómo se reflejan en su política? Porque la última vez que miré no se reunió con los profesores que están en la calle quejándose por sus grandes dotes cristianas. Estos profesores se han reunido más de once veces en los últimos meses y no ha ido ni a hablar con ellos, a escucharles, a preguntarles qué pasa, cómo solucionar cosas entre todos; no querer para el prójimo lo que no querría que le hicieran a ella.
Espe insistió en la importancia de los valores cristianos en la enseñanza y pidió a los docentes que no dejaran de transmitírselos a los alumnos, ya que “nadie debe ni puede ignorar el origen cristiano de valores como la igualdad esencial de todas las personas, la dignidad inviolable, la piedad, la compasión o la paz". ¡Toma ya! Así que si todo lo bueno del ser humano tiene su origen en el cristianismo, ¿Moisés era un cabrón? ¿Lo eran las generaciones y generaciones de personas antes de que Jesucristo naciera? Bueno ya lo exponía Saramago en su “Evangelio según Jesucristo”, en el que ponían a San José como cabrón egoísta, al no avisar a nadie del pueblo de que los soldados de Herodes venían de camino a matar a sus hijos e hijas.

En fin, nunca negaré que algunos valores cristianos son bastante necesarios, pero es que yo me quedo con los valores humanos de la solidaridad, del preocuparse por el otro, del no ser un narcisista, egoísta e hipócrita. Valores que vienen del corazón de la gente, que han estado ahí durante siglos antes de que se inventaran el monopolio católico. Esta mujer es una irresponsable al convertir este país en un estado confesional, nos está devolviendo a otras épocas de las que nos costó mucho salir. Si usted cree en el Dios católico y puede permitirse llevar sus hijos a un colegio de curas, pues hágalo, ¿por qué no? Usted verá en qué tipo de libertad quiere educar a sus hijos. Pero si no quiere y lo lleva  a un colegio público en Madrid, ¿tendrá la calidad de la que se queja Espe que no tienen los colegios? A ver qué hace Educación en esta legislatura. Y a ver si el plan educativo no forma parte de otro de los planes secretos del gobierno, como el plan de economía. 

jueves, 24 de noviembre de 2011

Los cuadros de los ricos



A veces me sorprende enormemente el comprobar que es posible estar disfrutando de un momento único y extraordinario en tu vida y aún así sentirte mal. Por ejemplo, te estás fumando un cigarro, después del café de al mediodía, y te sienta de maravilla. Pero a la vez estás jodido porque es el primero después de diez meses sin fumar. O estás por la mañana, abrazado a la chica que te gusta y de la que estás enamorado, pero a la vez, te sientes fatal porque es la mujer de tu cuñado. Situaciones que se dan y que no te dejan disfrutar plenamente de ciertos eventos.
Hace un par de días, me ocurrió algo parecido. Fui a una galería de arte privada, en el este de Berlín. Alguien había escuchado que en una semana se abriría una subasta y los lotes estaban expuestos, con lo que el público podía ir a bichear. A los cinco minutos de estar allí ya andaba de mala leche. Pero vamos, no por culpa de nadie sino porque yo soy raro y aún no entiendo cómo un cuadro con veinte garabatos puede costar medio millón de euros. Y lo más grave aún, cómo puede haber gente que los compre.
El caso es que de pronto la cosa se puso peor porque entre las obras expuestas (cientos de ellas), me encontré con un par de Picassos y un Matisse. En mi inmensa ignorancia le pregunté a mis acompañantes: “No son reales, ¿no?” Me miraron con la ternura con la que se mira a un melón en el campo antes de cogerlo, y me contestaron que por supuesto eran auténticos. “Pertenecen a colecciones privadas y ahora los dueños los van a poner a la venta”. ¡Manda cojones! ¿Quiere esto decir que hay obras de arte en casas de gente con pasta, a las cuales yo no puedo acceder porque no tengo un duro? ¿Quiere decir que la propiedad privada es tan poderosa que permite que haya casos en los que el arte sólo puede ser disfrutado por los ricos? Porque ya vale que algunos museos son demasiado caros, que a los de los libros se les va la pelota, a los cines que cuesta menos ir a un restaurante de tres tenedores y los cds con libro y dvd son de coleccionistas con medios. Pero joder, si tienes un Velázquez en casa, o una muralla romana o una primera edición de Fausto, deja que al menos los demás puedan echarles un ojo de vez en cuando, que se lo curre la administración para que las expresiones culturales que han marcado y marcan una época, un estilo, una vanguardia o un movimiento, puedan ser compartidas de alguna manera.

Muchos pensarán que los que no tienen piden mucho, pero también es cierto que los que tienen mucho dan poco. Ya lo dije hace unos días, de aquí a un futuro, los hombres y mujeres que no puedan acceder a ninguna expresión artística del ayer o del presente, se van a ver mendigando por las calles en busca de alguna migaja artística. Veremos plazas como la de San Francisco, en Sevilla y la Plaza Mayor, en Madrid o Salamanca, repletas de gente que pedirá a los que estén disfrutando de su cervecita, que les cuenten el argumento de una película o que les canten el último hit del verano.

Sé que esta teoría tiene agujeros y que los temas de la propiedad intelectual y la propiedad privada, en general, son asuntos de extrema complejidad, pero también es cierto que si el arte es sentimiento y el sentimiento también se mercantiliza, hay pocas esperanzas para esta realidad en la que vivimos. Yo, por mi parte, aunque no sea un Picasso, un Goethe o un romano de hace unos cuantos de siglos, seguiré escribiendo para que leen estas líneas los que quieran hacerlo y puedan,  y los que no puedan leerlo pero quieran, que no sea porque no pueden pagarlo.   

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Fueron felices y comieron…




A veces me pregunto si la coincidencia de algunas noticias no es tal, sino mala leche y muchas ganas de cachondeo. Por ejemplo, sale en los periódicos que, según la revista económica Forbes, la profesión más feliz del mundo es la del sacerdocio. Se puede interpretar de muchas maneras. ¿Es el sacerdote más feliz porque es soltero y no vive con ninguna mujer? ¿O es que es más feliz porque su profesión y su fe le nutren de gozo? ¿O es que los baremos con los que Forbes mide la felicidad son un tanto extraños? Pues no lo sé. Pero sea lo que fuere, también ha salido publicada otra noticia, en la que se destaca la expulsión de un obispo en Irlanda por temas de pedofilia. Así que ya ven, la misma institución que está en contra de la homosexualidad, ha de luchar con gente en sus entrañas que van incluso más allá y mantienen relaciones con menores. Ironías de la vida como irónico es que pongan las dos noticias juntas.

La homosexualidad también se ha puesto de moda en estos días, en las noticias. Rouco dando su apoyo a Mariano, se ha colado un beso de dos chicos en la televisión y ya, como colofón de las noticias al respecto, “el alcalde de la localidad de Huarmey, en Perú, ha advertido a los habitantes de este pueblo de que el agua del grifo puede convertirles en homosexuales porque contiene altos niveles de estronio” (que conste que el periodista escribe estronio, no yo, y lo hace durante todo el artículo. A mí me parece que se refiere al estroncio, que es para curar cáncer). Así que ya ven cómo se encadenan las noticias sobre el mismo tema.

Ya lo decía Evo Morales: los transgénicos nos hacen maricones. Porque sí, la homosexualidad es una enfermedad que te entra cuando se te destruyen las hormonas masculinas, todo el mundo sabe esto. Por eso Evo Morales echó la culpa a las pobres aves de corral y dijo que si comías pollo acabarías comiendo pollas. Y se quedó tan fresco. Como más de uno en Perú, que estará comprando agua embotellada, para no coger una homosexualitis, la única enfermedad que no se trata con supositorios, cuando eres niño.

Así seguimos. A esta altura de la película y leyendo historias para no dormir. Soltando la mierda que sea donde sea y viendo como hay gente que la acepta encantada. Por lo que si el partido gobernante decide acabar con las libertades de aquéllos que no son heterosexuales, y la Iglesia lo defiende y apoya, pues nada, se quedarán protestando los de siempre y poco importará en las azuladas Cortes españolas. Es algo que lo mismo tenemos que vivir muy pronto. Ojalá me equivoque.

Una cosa sí; La Iglesia y sus sucursales han de empezar a controlar su alimentación. A partir de ahora que dejen de comer pollo y a beber agua embotellada.     

martes, 22 de noviembre de 2011

El poder de la gente



Para aquellos hombres y mujeres de poca fe, quisiera hablaros de uno de los momentos históricos actuales que sin duda es y será de los más importantes de la televisión y muy significativo en la sociedad española. Déjenme que les refresque la memoria. Se acordarán de que la madre de uno de los implicados por el caso de la niña sevillana asesinada habló en uno de los programas horrendos de Tele5, hace unas semanas. También se acordarán de que una chica, a través de una petición formulada y firmada en Internet, por muchos españoles, apeló al sentido común de las empresas que pagaban publicidad, durante los anuncios de este programa, para que se desvincularan de semejante lupanar informativo. Las empresas, que no son tontas y saben quiénes son los que las mantienen, reaccionaron a la petición popular y uno a uno, comenzaron a anunciar la retirada de sus anuncios, durante el tiempo en el que este programa se emitiera. El resultado fue la cancelación definitiva de este espacio. La conclusión es que la gente realmente tiene el poder de cambiar cosas. Tanto es así que Tele5 ha anunciado la cancelación de otros dos programas de la misma naturaleza carroñera.

Eso por un lado. Por el otro tenemos esta noticia de hoy; ya empezamos:

“El Govern de Artur Mas introducirá una tasa por receta farmacéutica dispensada en la sanidad pública para "evitar abusos", subirá las tasas universitarias, transporte público y recibo del agua. De igual forma se estudia el incremento del precio de la gasolina”.

No hay sorpresas, ya se esperaba como se espera que esto sea no más que el principio de una larga lista de noticias hablando de recortes educativos y sanitarios y de subidas de los servicios básicos. También uno se espera que cada vez que se tropiece con La Noria en la tele, no va a escuchar más que mierda. Son cosas asumidas, es decir, uno no niega la existencia de políticas que no le gustan ni de programas que detesta. Pero eso no quiere decir que no se pueda hacer nada para acabar con las cosas que no nos gustan.
Evidentemente, uno no puede empezar una campaña cada vez que no le guste algo de la tele. No tendría fin. Pero hay veces en que da igual de dónde seas, cuántos estudios tengas o cuánto dinero en el banco. Si te cuelas, te cuelas de lleno. Si hay un tío que se mete en un colegio y se pone a pegar tiros, lo más normal es que a todos les parezca mal (aunque si alguien lo manda hacer desde su mesa de despacho oficial, ya no es tan malo). Si hay un tío que dice en la televisión que los homosexuales no son iguales que los heterosexuales, la gente le dirá que es imbécil o Monseñor Rouco. Si alguien pasa tres cuartos de la gente que está sufriendo por el asesinato de una adolescente y se lleva a la madre de uno de los implicados, a la que paga una pasta, para que cuente a la peña lo que le parezca, pues se merece que lo manden a la mierda. Lo están crucificando, cosas peores hemos visto antes y no se ha hecho nada, dirán algunos. Y ahí es donde yo quiero llegar, ahí es donde todos hemos llegado: ahora ya sí hacemos cosas. Salimos a la calle, le echamos cojones a los que nos ningunean, comenzamos campañas, denuncias, protestas, quejas y hasta paramos desahucios. Todos los que nos vemos reflejados de alguna manera con estos tiempos, somos parte de este cambio, de cuando la gente empezó a creer en el poder que tenían. Y de cuando a la gente no le importó seguir creyendo a pesar de lo que se les venía encima.  

lunes, 21 de noviembre de 2011

La gran pregunta



Han quedado muchas preguntas y ninguna duda, tras los resultados del día de ayer. Está claro que el PP lo ha conseguido todo, sin mover ni un dedo. ¿Para qué? El PSOE ha sido su peor enemigo y ha hecho un excelente trabajo demostrando que si ellos quieren pueden tanto llegar al poder como perderlo. De esto no tenemos incertidumbre alguna. Para muestra un botón

Eso sí, para los que tienen mal perder o para los que tenemos mucho tiempo libre, en el que discurrir ciertas cosas, las elecciones aún tienen algunas cuestiones que aclarar. Aquí tienen unos datos que he leído y que al menos hacen pensar un poco:

“–Los 11.289.335 votos obtenidos por el PSOE en 2008 supusieron 169 escaños y, ahora en 2011, los 10.830.693 votos obtenidos por el PP suponen 186 escaños, esto es, el PP con 458.642 votos menos obtiene 17 escaños más y “mayoría absoluta”.

–El porcentaje de abstención en 2008 fue el 26,15 % y ahora en 2011 ha crecido hasta el 28,31 %”. 

A uno le hace cuanto menos plantearse el que es posible que la ley electoral, ésa misma que se está pidiendo reformar desde hace tiempo, no es muy equilibrada que digamos, otorgando más poder a algunas comunidades que a otras, por temas de población. Seré muy cazurro, pero no entiendo por qué no puede ser eso de una persona, un voto. Si hay un partido que saca más votos que otro, pues ése gana. Pero la repartición de escaños deja mucho que desear. ¿Por qué seguimos aplicando esta ley arcaica y la única reforma que se ha hecho ha sido para reforzarla más, dentro del bipartidismo que se promueve y motiva?

Otra pregunta que surge es: ¿Hemos empezado ya con el nuevo plan de trabajo del PP en España? Porque si es así, entonces puedo entender la noticia de hoy que dice que “los desempleados residentes en Galicia que llevan más de 12 meses en paro se quedan de forma automática sin tarjeta sanitaria”, gracias a la política de “recorte y privatización” de la sanidad pública de la Xunta, que la lleva el PP. La responsable sindical de Sanidad, María Seijo, advierte: "Se les bloquea la tarjeta sin previo aviso y hasta que no reciben la que les acredita como personas sin recurso, no tienen acceso a la sanidad pública. Mientras tanto deben pagar la consulta y el tratamiento farmacológico que les prescriba el médico", pudiendo tardar este proceso de renovación hasta ocho meses. Y todo esto sin comunicarlo ni avisarlo, con lo que si están en Galicia y en paro, háganselo mirar. A perro flaco todo se le vuelven pulgas, ya ven.

Así que nada, hoy toca otra jornada de reflexión; la del día después. Mariano ya está arrastrando las tijeras del pescado, en la piedra del afilador y pronto empezará a dar bandazos con ellas. Prepárense para la nueva obra de corte y confección. Mientras, les dejo con la última pregunta, la gran pregunta: el morreo de Rajoy a su mujer, ¿fue con lengua?

domingo, 20 de noviembre de 2011

Nunca me gustaron los cuentos



Caperucita siempre me ha parecido una niña tonta. Paseando con su caperuza, inocente y feliz, despreocupada, sin poder contemplar peligro alguno a su alrededor. Gilipollas, vamos, porque ir a ver a su abuela, que la veía todas las semanas, y no darse cuenta que en vez de la abuela era un lobo el que la esperaba… no me jodas, que bajen y me lo cuenten.
Ni con cuatro años te pasa eso desapercibido, como tampoco se te pasa el que sea una chorrada infumable el que la gente no se diera cuenta de que unas gafas no son suficiente atrezo como para camuflar la identidad de un superhéroe de la talla de Superman.
Siete enanos para una princesa, tres osos para una rubia de dorados rizos, tres cerditos para luchar el aliento de un feroz lobo. Una lámpara con tres deseos, ¿para qué tres? “Deseo que todos mis deseos se cumplan siempre”. Y al carajo los otros dos.
Casas encantadas, pócimas mágicas y hechizos rotos y por romper. Nunca me han gustado estos cuentos y lo que en ellos nos vendían, las moralinas que nos intentaban meter entre cabezada y cabezada, la falsa ética de lo que llamaban la tradición popular.

Pero lo que menos entendía y menos me gustaba de todo esto, era el rollo del príncipe azul. Cómo ya desde pequeños nos decían que los reyes, los príncipes, los nobles, en general, eran distintos, mejores, con una sangre distinta, de otro color, lejos del mortal rojo, lejos de nosotros. Así lo he vivido desde siempre. Así me lo enseñaron. Como también le enseñaron a las niñas que los que sangramos rojo, los que no tenemos caballos, los que tenemos que currar para conseguir las pocas cosas que tenemos (incluyendo una vivienda digna o indigna a menudo), no valemos un mojón. Son sólo los príncipes azules los que aman mejor, los que visten mejor, los que besan mejor, los que bailan mejor y los que se quedan con todo lo mejor. ¡Anda ya, panda de carajotes!

El tiempo nos dirá si este terremoto azul que llega hoy desde las urnas a galope viene como príncipe azul o como Santiago Matamoros; si viene a rescatarnos o a terminar de darnos la estocada. Mientras tanto:
–Abuelita, abuelita, ¿por qué tienes las orejas tan grandes? 
–Para escucharte mejor.
–¿Y por qué tienes los ojos tan grandes?
–Para verte mejor.
–¿Y ese pollón?

Nunca me han gustado los cuentos.

sábado, 19 de noviembre de 2011

El silencio de los corderos


Hoy me siento como en el borde de una abismo, en el filo de una línea invisible desde donde veo lo que me ha llevado hasta allí, que es un sitio al que no quiero volver jamás, y lo que me espera, que es un sitio a donde no quiero ir. Y ahí me he quedado, pendiente de esa minúscula línea, pintada en el tiempo, donde estoy hoy. La estoy estirando todo lo que puedo, pero sé que en breve se terminará. Pronto los colegios se llenarán de votantes, de papeletas, de números y caras conocidas. Pronto se hará el recuento de los votos y se irán conociendo las zonas conseguidas. El futuro se irá perfilando y la noche acabará con discursos de vencedores y vencidos. Y un nuevo pedazo de historia será escrito sobre un nuevo remiendo. Este domingo ni el fútbol le restará importancia al clímax de la democracia. En horas, ya estará todo el pescado vendido.

Hoy es jornada de silencio y yo soy muy respetuoso. Mañana será otro día.