viernes, 30 de septiembre de 2011

No se puede ser más imbécil

No es la primera vez que pasa, ni el primer político que la caga metiéndose en camisa de once varas, a costa de insultar a otros. Pero me parece tremendo que un catalán (en este caso, nada menos que el Presidente de la Generalitat Artur Mas) se meta con un andaluz a la hora de decir que no se le entiende al hablar el castellano. Cuando todos conocemos lo famoso que es el acento catalán por ser el más adecuado y el que mejor se entiende de todos, en castellano.  
“Era un comentario desenfadado”, dijo. Yo desenfadadamente diría que este tío es gilipollas, además de un ignorante y un payaso. Ni siquiera voy a honrar su comentario con una defensa de nuestro acento, de nuestro dialecto y de nuestra cultura, ya que hay generaciones repletas de genios a los que, pese a que no se les entendía al hablar, han quedado recogidos en los libros de la historia no sólo nacional sino mundial. Tampoco me voy a meter con los catalanes porque estoy convencido de que la mayoría no está de acuerdo con las palabras de este individuo, pero para los que crean que el Sur es Morancos, toros y guiris en topless (que también lo es y a mucha honra), decirles que, lo primero, Cataluña es lo que es hoy, no porque antaño fueran independientes y trasgresores, formando parte de la élite europea, como quieren creerse, sino porque muchos andaluces curraron en Cataluña y la levantaron, dejándola donde se encuentra en la actualidad. El éxito catalán tiene sudor y acento andaluz. A ver si el imbécil de Mas entiende esto, que lo estoy escribiendo en castellano clarito.

Y lo segundo es que si no entiende el castellano de un niño malagueño, sevillano o gaditano, esto prueba justo lo contrario de lo que quiere defender: se necesita mejorar la calidad de enseñanza del idioma en Cataluña, porque los niños sevillanos sí que entienden las tonterías que él dice, con lo que hay algo que falla en el planteamiento.



¡Qué gracioso es usted, señor President! ¡Cómo nos reímos todos en el sur con su diáfano sentido del humor! ¡Cómo nos entretienen sus comentarios jacarandosos sobre lo mal que pronuncian los niños andaluces el idioma que usted rechaza! Arenas le ha dicho que ya le vale, que se le ha ido la pinza y que se retracte. Mas, con los hombros encogidos y levantando las palmas hacia el cielo ha dicho que no sabe a qué se debe tanto revuelo, si él sólo quería dar datos certeros y exactos sobre el tema a debatir, pero la gente se ha fijado en lo menos importante: su falta de respeto. Yo sí que me quedo perplejo al ver cómo el panorama político de España cada vez tiene menos por donde cogerlo, mires a donde mires. No hay provincia que se escape de un escándalo, de una corrupción o de un bocazas. Es increíble. Pero nosotros seguimos empeñados en que son la solución de nuestras crisis, de nuestras vidas, de nuestros males. Confiamos en ellos, con la boca pequeña, porque siempre es más fácil que salir a la calle y decir no, no, ahora las riendas las voy a llevar yo. Te las di a ti y me has llevado a donde has querido, sin interesarte ni por mí ni por mi bienestar. A los que se han atrevido a hacer esto, a los que han dicho hasta aquí hemos llegado, los están fusilando, acribillando con metralla mediática y pólvora falsaria. Los políticos han tirado de títeres y se han puesto serios porque se ven que se quedan sin sueldos, sin engaños, sin lujos. Ayer salía que el sueldo neto de la Presidenta de Madrid es de más de 5.000€ al mes. Eso está muy bien. El de Arturo Mas imagino que andará por ahí, mientras sigue aplicando recortes a los hospitales y dejando a la gente sin sanidad y mientras reconoce socarronamente que en Cataluña las cosas nunca van a ir como en Grecia porque ya tiene planeado el privatizar empresas públicas, una solución cojonuda, ya lo hemos visto todos. Hará como tantos otros políticos que privatizaron empresas en las que acabaron trabajando una vez fuera de sus cargos. Esta gente sí que sabe cómo asegurarse el sueldo. Y nosotros sí que sabemos cómo permitírselo.   



Mi padre me dice que me meto mucho con los políticos y mi tío que no puedo ser tan irrespetuoso con ellos. Que me demuestren lo contrario, estoy deseando. Pero hasta entonces, me da igual el partido, la localidad, el sexo y lo claro que hablen el castellano: los políticos no son la solución, nos pongamos como nos pongamos. Y cuanto más poder tengan, peor.         

jueves, 29 de septiembre de 2011

No sólo hay gallinas en los gallineros


He intentado encontrar la fecha en la que se decidió que al gallinero de los teatros se le daría tal nombre, probablemente causado por la algarabía que se daba en esa zona del edificio, al ser la más accesible por el populacho –debido a los bajos precios que se cobraban y cobran–, que si bien mostraban un gran interés por el entretenimiento de la época, no sabían guardar las formas propias de tal espectáculo. Especulando, perdónenme el atrevimiento, me aventuraré a decir que han pasado ya al menos un par de siglos desde que se diera este bautismo y desde entonces parece que las cosas han cambiado bastante, hasta tal punto que parece que las formas ahora se encuentran más en el gallinero que en las primeras filas y en los palcos.

Para ejemplo un botón. En Galicia, tierra de grandes políticos demócratas como Franco (instaurador de la democracia orgánica), Fraga (muy amigo de Franco) o Rajoy (ya viene dando muestras de su potencial desde hace un par de candidaturas), más concretamente en Santiago de Compostela, cual Santiago matamoros, entró su alcalde, Gerardo Conde Roa, a caballo, tras la obra musical de “El barbero de Sevilla”, en el Auditorio Novacaixagalicia (así está el patio que hasta a los teatros se les da nombres de bancos o cajas, que para mí es el mismo perro con distinto collar, y la liga de fútbol ya no se llama liga de fútbol, sino liga BBVA). Por lo visto al hombre le ofendió una barbaridad el que al final de la ópera, en tono anecdótico y dicharachero, el director escénico decidiera acabar con carteles que, según periódicos como El Mundo, hacían alusión al 15M o a Mayo del 68, pero que a mí sólo me parecen frases de contundente realidad y que por desgracia son atemporales, ustedes juzguen un par de ellas: "no hay pan para tanto chorizo" o "el arte es un arma cargada de futuro". Totalmente razonables. Pero nuestro alcalde matamoros y cristianos, decidió llamar mamón al causante de tal injustificable calumnia, por si acaso.

Bien, Conde Roa, hace estas cosas porque es un modelo de elocuencia, como otros tantos políticos lo son. Esto se puede ver en su campaña anti-botellona, en la que emprendió una cruzada contra todos esos bárbaros delincuentes que bebían en las calles (yo soy más de bares, eso sí). Lo graciosos del asunto es que a su mano ejecutora, Ángel Espadas, se lo encontraron con un pedo del quince, dormido al volante frente a un semáforo. Desde entonces cambió el slogan de su campaña “mantén las calles limpias, bebe en tu puta casa, niñato de mierda” por otro más apropiado: “no bebas en las calles, bebe en tu coche, que hace menos frío”. Pero Conde Roa dijo que su mano derecha había sido víctima de una persecución policial (no hizo falta, el tipo los esperó dormido al volante) muy injusta. Tan injusta que lo hizo director de campaña y ganó.
Pero bueno, no podemos pedirle demasiado a Conde Roa y menos en lo relacionado a la cultura, ya que se está dedicando a cerrar centros culturales y sociales desde que llegó al poder, ya que son antros de “culturetas” y “socioelectorales”.

Sin duda personajes como éste pertenecen no al gallinero, sino a la pocilga de la política española. Lo siento por los ciudadanos de Santiago, al menos por aquellos que siguen esperanzados en que exista una democracia real algún día.   

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Esperanza esputa


Cuentan que un buen día el gran Quevedo apostó con sus amigos a que era capaz de echar en cara a la reina, esposa de Felipe IV, su cojera. Todos sus amigos apostaron contra él, pues pensaban que no iba a atreverse a tamaña descortesía ante tan egregio personaje. Pero Quevedo, lejos de achantarse ante tal reto, cubrió todas las apuestas. Un buen día que tenía una recepción en palacio, vio la ocasión de ganarse aquel dinero. Así que, ni corto ni perezoso, apareció en la corte con dos caras flores que había comprado previamente. Directamente se fue a la reina y se las ofreció con una gran reverencia mientras le decía ganando la apuesta: "Entre el clavel y la rosa, Su Majestad escoja".

Sé lo que estáis pensando (además de que Quevedo era un genio y cachondo). Se os está pasando por la cabeza que soy un loco irrespetuoso y que mi título es un truco quevediano para llamar a nuestro esperpento de la política favorito, cosas que no deberían ser llamadas a ninguna mujer. Pero no es así. Esperanza Aguirre esputa. Y esputa porque ya ni siquiera sabe hablar. Sólo soltar esa flema maliciosa e infectada que sale de sus entrañas cada vez que abre la bocaza de buzón que tiene, que por mucho que la tinte con caros carmines, sigue siendo de color cetrina, debido a la maldad y a la estulticia con que profiere insultos sin ton ni son.
Todo esto viene de sus declaraciones indignantes, alarmistas, incendiarias y provocativas, además de irrespetuosas y completamente falsas sobre el 15M, sobre los profesores (ahí también le ayuda su secuaz Lucía Figar, consejera madrileña de educación) y sobre todo lo que le sale del alma a esta mujer. ¿Exagero? No lo sé, ustedes me dirán. He aquí sus últimas declaraciones:
“Los "indignados", los "camorristas" y "pendencieros", "abogan por un principio de democracia directa" bajo el que "se puede esconder un golpe de Estado".
Y aquí, las de su secuaz sobre los profesores:
Dar 20 horas de clase no justifica esta huelga salvaje, que [en su opinión] puede dejar sin derecho a la educación a miles de estudiantes".

Así que tachamos a los del 15M como golpistas (por abogar por una democracia directa) y a los educadores como salvajes en contra de los derechos constitucionales (por exigir que no recorten horas indispensables dentro de la enseñanza, con tal de ahorrarse contratar interinos). Y ellas dos son Batman y Robin, luchando por las injusticias de Madrid. ¿Es que no se ve? ¿De verdad nuestra ceguera está tan mermada por las noticias bursátiles, con las que nos tienen acojonados, como para no darnos cuenta de que nos están manipulando? Vota al PP que ya te sacó de la crisis en el 93. ¿A quién? Porque a mi familia no. NI a muchas más. Y bajó el paro a costa de que los empresarios pudieran explotar a los trabajadores con contratos basura y siendo mil-euristas, mientras el boom de la construcción estallaba y necesitabas hipotacarte hasta las trancas para comprar una casa (ya que estaban carísimas), pero daba igual porque los bancos te daban créditos y te decían, “venga coño, no te quedes en la casa, cómprate un coche que vaya a juego; nosotros te damos las pelas”, y el mundo feliz, en una burbuja de tener para ser mejor, para ser más, más importante que el vecino, más como en las películas donde la familia perfecta lo tiene todo y vive de puta madre. Nos dejamos de preocupar por los que no tenían, por los derechos sociales, por el resto de demandas sociales y humanitarias. Daba igual, nosotros lo teníamos todo. Hasta que dejamos de tenerlo. Y ahora nos venden la moto, nos dicen que todo puede volver a ser nuestro, el sueño americano made in España. Y salen caraduras, desvergonzados, esputadores de mentiras y patrañas, vendedores del mágico elixir que todo lo cura. Y allá vamos, tras la zanahoria, tras la mentira, tras el escarnio. Ciegos, siguiendo el aroma del dinero como los dibujitos seguían el aroma de aquel magnífico estofado o pollo asado.

Cuando gente como Esperanza Aguirre o Lucía Figar dicen esas cosas y nadie se mete con ellas es que las cosas van muy mal. Pero, y no lo defiendo en absoluto, cuando el portavoz del PP, primer teniente de alcalde y concejal de Urbanismo de Alcobendas, Ramón Cubián, dice “cuanta chusma” antes de producirse el desalojo de dos ediles del PSOE los cuales fueron echados de un pleno por alboroto, la gente se vuelve loca y pide su dimisión. No lo entiendo. Me fallan los cálculos y el entendimiento.

Cada día lo tengo más claro: no hay ningún partido político que nos pueda sacar de esto. El uno es un desastre el otro lo será, como ya lo fue. El PSOE se ha dejado llevar por los poderes económicos, el PP los traerá de nuevo al poder en España con lo que aquellos que son propietarios y empresarios saldrán a flote sin problemas, el resto… el resto no es España; nadie se preocupa de ellos, ni siquiera los partidos socialistas lo hacen.

Con lo que aquí queda la realidad según mi punto de vista (más que discutible, estoy seguro): Esperanza habla o Esperanza esputa; su majestad escoja.    

martes, 27 de septiembre de 2011

Bono y Jack Bauer


Hace un tiempo, Bono, el nuestro, no el cantante, fue a Etiopía de visita. Yo ya no estaba allí pero mi amigo Pedro fue a un almuerzo que la embajada española dio para periodistas y otros nacionales varios. Hubo un momento durante el almuerzo en el que el político dijo: “Si los partidos políticos se hubieran preocupado más por el pueblo que por sus propios intereses, la ETA habría terminado ya”. Me hizo gracia el comentario pero se me olvidó, como otras tantas cosas que se me escapan al trastero de los recuerdos. Hoy sin embargo, me he topado con una noticia en El Mundo cuyo titular me ha devuelto al comentario de Pedro: Bono: “ETA ya no existiría si PSOE y PP hubieran tenido más ganas de derrotarla”. Bono sostiene que ETA es lo peor de cada casa y hay que hacer que cumplan hasta el último día de cárcel. Su discurso es tajante pero justificado, no cabe duda, y el cerca de un millar de asesinatos de la banda terrorista lo respalda así.

Creo que Bono y España siempre tomarán y optarán por una mejor salida que la que normalmente toma Estados Unidos. El ejemplo perfecto de cómo funciona este país lo hemos podido seguir durante ocho temporadas en la serie llamada 24. En esta serie, su protagonista, llamado Jack Bauer e interpretado por el británico Kiefer Sutherland, es un agente del gobierno que trabaja en la cédula antiterrorista llamada CTU y que salva, en tiempo real, al país de todo tipo de desastres, año tras año. Es significativo que la serie surgiera tras los atentados de las torres gemelas ya que la actitud de Jack Bauer deja mucho que desear con respecto a los derechos humanos, pero todas sus acciones (tortura, extorsión, asesinatos…) están justificadas, ya que siempre es para salvar a la ciudad de Los Ángeles o al estado de California o a Nueva York, en su última temporada, de explosiones nucleares, atentados contra el presidente o a saber qué historia. No voy a entrar a hacer una crítica del formato, que aunque original en su día, se ha ido repitiendo hasta la saciedad en sus temporadas, hasta en el detalle de dejar el asunto resuelto a pocos capítulos de terminar la temporada, para luego venir con alguna vuelta de tuerca que deje en vilo a la audiencia durante otras tantas semanas.
Lo que sí quiero destacar de esta serie y personaje es lo fácil que justifica la violencia incondicional poniendo al público en tesituras como: ¿no matarías a un tipo malo, malo, si con eso sabes que vas a salvar la vida de dos millones de personas? Y claro la respuesta no es complicada de figurar: por supuesto, sobre todo si el que le pega la paliza y el tiro es otro, en este caso, el incombustible Jack Bauer. Hay que tener mucho cuidado con los valores que las películas estadounidenses nos tratan de inculcar desde hace muchos años. Hay un estudio muy interesante hecha por Monedero sobre cómo nos manipulan los de Disney con sus mensajes ocultos en los dibujitos con los que niños de todo el planeta se están educando y con los que están creciendo.   

Detesto, repruebo y soy intolerante con la violencia. No hay excusa. Yo soy un incansable abogado del diálogo y del acercamiento de posiciones, sea con estudiantes, con médicos y profesores en huelga, y con terroristas, pero no con los que están en activo con una pistola en la mano, no. Con los que están intentando salir del agujero donde están. Hay que intentar usar todos los canales posibles para que este sin sentido se acabe y tenemos a Irlanda para ver que es posible, que no es utópico y que no hace falta devolver tiros con tiros. ¿Qué dirías si mataran a uno de tu familia? Podrían preguntarme al leer esto. Pues no lo sé. Es como si me preguntas qué haría si un extraterrestre se presentara a cenar en casa. Ni idea. Pero escucho a familiares de víctimas que son muy serenos y sólo piden justicia y eso me gusta, es un ejemplo intachable de civismo y de búsqueda por un estado de derecho.

El tiempo dirá si soy un iluso, un imbécil o si por lo contrario mi punto de vista tiene sentido. Siempre hay tiempo para crear un Jack Bauer. Felipe González sabe algo de esto.      
  

lunes, 26 de septiembre de 2011

La caridad empieza por uno mismo


“La Iglesia de Ciudad Real, todas sus instituciones y cada una de sus parroquias desde las Cáritas diocesana y parroquiales, tienen desde siempre una clara y rotunda actuación en beneficio de los más necesitados” (Comunicado del Obispado de Ciudad Real).

Pues que se lo digan a la familia Pardo, que está en la calle porque no pagaban el alquiler de un piso que pertenece al seminario de la diócesis. Pero oye, es que la vida es así, es una familia muy morosa que no cumple con los 450€ mensuales del piso. Son unos jetas. Seguro que ganan un pastizal y se lo pulen por ahí, a la vida loca, alegando luego que no llegan a final de mes. Y es que organizándose se llega a todo, ahí tienen a los políticos que han podido ahorrar un dinerito en los últimos años, sólo por eso, por organizarse. Vamos a ver, esta familia, la de los Pardo, son Purificación Flores, su marido, jubilado, dos hijos y cinco nietos. Bien, un total de 9 personas. No está mal. Según Flores, los únicos ingresos que entran en la casa son los 300 euros mensuales que cobra uno de sus hijos por invalidez y los 800 por otra pensión de su esposo, de los que les retienen 200 por un antiguo crédito, es decir, se queda la cosa en 300 + 600 = 900€, de los que si le quitamos los 450 de la renta nos queda justo eso: 450€ al mes, para que 9 personas tiren.

La diócesis dice en su comunicado que “son varias las parroquias las que desde Cáritas han apoyado económicamente a esta familia con cantidades considerables en muchas ocasiones”. Purificación dice que de Cáritas no ha recibido nada, pero sí alguna ayuda de la Concejalía de Asuntos Sociales. A mí me da igual saber quién miente. Me parece terrible que una familia de 9 personas se quede en la calle y me da igual que sea un panadero, un arquitecto, un bombero-torero o un seminario quien lo haga, pero la Iglesia responde a unos principios que a un banco se la sudan y sin embargo están actuando igual. Esto es lo que falla en el discurso. ¿Cómo puede nadie en la diócesis de Ciudad Real predicar que el amor al prójimo es lo importante, que el dinero no significa nada, que el amor a Dios es infinito y que la Iglesia es una madre? ¿Qué clase de madre ha sido la Iglesia para esta familia? Si la mía me hubiera echado de casa cada vez que estaba pelado, habría pasado más tiempo en un parque que el oso Yogui.

Pero la historia no acaba ahí, no. Aún queda lo mejor. Purificación Flores, la matriarca, tiene una doble preocupación: la primera es que no tiene dinero ni para alquilar una pensión y la segunda es que los niños, los cinco nietos, son menores, de edades comprendidas entre los 5 y los 13 años, con lo que podrían ser recogidos por asuntos sociales. Así que ya lo ven, otra historia de amor de nuestra gran Iglesia Católica Apostólica y Romana (como los calamares). Me da pena decirlo, o repetirme, pero cada día me estoy quedando con menos argumentos para defender esta institución a la que antaño le profesé respeto, cariño y dedicación. Hoy, mientras hay gente que se rompe los cuernos por los demás y son un ejemplo dentro de la Iglesia, la sagrada institución a la que representan, se encarga de cagarla a lo grande, haciendo que nos olvidemos del resto. Sólo espero que Purificación Flores encuentre un buen puerto donde cubrirse de esta marejada, maremoto diría yo.          

domingo, 25 de septiembre de 2011

La gran mentira estadounidense

El reconocimiento de nuestra humanidad común es apenas el comienzo de nuestra tarea” (Barack Obama, Presidente de los Estados Unidos de América).
Ya mencioné en este rincón hace un tiempo que estaba convencido de que el Nobel de la Paz a Obama había sido el primer Nobel de la historia dado por adelantado. Quizás pensaron que tal galardón se aseguraría de que las esperanzadoras promesas de Obama se irían a cumplir. Pero se equivocaron.
Hoy podemos ser testigos de la desoladora estrategia del gobierno estadounidense con respecto a la valiente iniciativa del pueblo palestino. Han ido a la ONU a pedir reconocimiento, que paren la barbarie que el pueblo de Israel lleva haciendo desde hace décadas, a su antojo y libre albedrío. Que detengan el sinsentido que representan las colonias en Cisjordania, en Gaza y en Jerusalén este. Palestina es un estado y quiere formar parte de la ONU y la ONU quiere que esté con ellos, tal y como se puede adivinar por el enorme aplauso y ovación que su presidente Mahmoud Abbas recibió tras su discurso.  Pero nada de esto servirá para que esto ocurra.
Esto es un extracto del discurso de Obama en Cairo en el 2009:
Es innegable que el pueblo palestino –musulmanes y cristianos– también ha sufrido en la lucha por una patria. Durante más de sesenta años, han padecido el dolor del desplazamiento. Muchos esperan, en campamentos para refugiados en la Ribera Occidental, Gaza y tierras aledañas, una vida de paz y seguridad que nunca han tenido. Soportan las humillaciones diarias, grandes y pequeñas, que surgen de la ocupación. Entonces, que no quepa duda alguna: la situación para el pueblo palestino es intolerable. Estados Unidos no les dará la espalda a las aspiraciones legítimas de los palestinos de dignidad, oportunidades y un estado propio”. Ha cambiado mucho de lo que dijo el otro día en cuanto a ejercer el derecho de veto de los Estados Unidos, para que Palestina no se incorpore a la ONU. ¿Qué ha pasado? ¿Cómo han podido cambiar las cosas tanto? ¿Qué ha pasado que el discurso de Obama hasta ha sido calificado de "sionista" en los titulares del diario israelí Yediot Ahronot? ¿De pronto Obama se ha olvidado de los compromisos adquiridos par con el pueblo musulmán en general y el palestino en particular? ¿O es que va a tener algo que ver el hecho de que las elecciones se están acercando cada vez más y el pueblo israelí está metiendo caña para que se deje de gilipolleces o se queda sin pelas y sin apoyo judío? Así, Estados Unidos ha mandado una cartita a 31 países (España uno de ellos), pidiendo un voto “en contra de cualquier resolución que permita a la misión Palestina su adhesión plena o como Estado observador ante la ONU”. Y encima lo justifican diciendo que la admisión de Palestina sería "una inminente amenaza para la paz en Oriente Medio". Esta gente, ¿qué fuma? ¿Cómo se puede amenazar algo que no existe? ¿Es esta la función de la ONU? ¿La de los Estados Unidos? ¿Qué carajo está pasando en este mundo cuando un país decide la suerte del resto y nadie hace nada por cambiarlo?
Por supuesto Alemania también se niega. Eso es normal. Tras décadas de complejos y torturas de la comunidad judía por el Holocausto, cualquiera se atreve a llevarles la contraria. Es increíble el peso que este país aún lleva sobre sus hombros por algo sucedido hace más de medio siglo. Veremos cuánto les dura la responsabilidad de lo que su canciller anda haciendo en Europa con sus políticas capitalistas. Hay muchas maneras de arruinar a un pueblo, exterminándolo es sólo una de ellas.  

sábado, 24 de septiembre de 2011

Si yo fuera neutrino…


Primero fue el viajar a la luna, dentro de poco será el viajar en el tiempo. Se va a liar una buena. No estoy diciendo locuras. Lo dicen todas las noticias. La partícula subatómica llamada neutrino es rápida de pelotas. Tanto, que en una carrera, le ha ganado a la luz. ¡A la luz! A la misma luz, que va a 300.000 Km/s, casi nada, luego dicen del AVE. ¿Se imaginan poder viajar a esa velocidad? ¿Y a más? Porque mi primo el neutrino, insisto, se picó con la luz y le dijo:
­–¿A qué te gano?
–¿Qué dices, me vas a ganar, tonto lavas? Si eres un enano de mierda –contestó la luz altanera.
–Vamos a verlo, chula. ¡Te echo una carrera!
–¿Una carrera? ¡Buah! Eso está chupado. Venga, una cortita, 730 Km y ya paramos, ¿te hace?
–Eso está hecho; cuando quieras.  
–Vale, pues que cualquier neutrón de la salida y te vas a enterar.
El neutrino ganó y ahora todos están echando el ojo atrás, a cuando Einstein habló de la teoría de la relatividad y de que si se pudiera sobrepasar la velocidad de la luz, se podría viajar en el tiempo. No sé a qué viene tanto escándalo, ¿es que nadie ha visto Regreso al Futuro?

Pero ya lo aviso, si eso pasa algún día, la hemos jodido. Va a ser imposible vivir. Juegas una partida de ajedrez con tu amigo, le ganas y vuelve en el tiempo. Otra partida, le ganas de nuevo, y él para atrás. Después de quince intentos tu amigo desiste y tú, no sabes por qué pero estás hasta los cojones de jugar. Otro ejemplo: robo un banco. Todo sale perfecto. Un éxito total. Vuelvo al pasado y lo robo otra vez. Hago exactamente lo mismo diez veces. Luego cojo el metro del tiempo y me las piro a dos días antes de ser robado, con lo que no hay delito cometido y yo estoy forrado. Otro: alguien, que yo no tengo, mata a su suegra. Luego vuelve al día anterior del asesinato y ella seguirá viva pero, ¿y el gustazo que se ha llevado el tío al matar a su suegra? Eso no se paga con dinero.
Por supuesto todas estas escenas nos dejarían con el problema de vivir con dos yoes pero eso se soluciona pronto, al menos en el segundo caso; te vas al Caribe y ya está. Quizás sea por esta razón por la que dicen que todos tenemos un doble en alguna parte del mundo. Quizás no son dobles sino nosotros mismos duplicados. Eso nos convertiría en partes del pasado de otros nosotros. Un lío de narices, lo que yo decía.

Si yo fuera neutrino sé lo que haría. Lo tengo claro. Podría dormir más, porque llegaría al curro corriendo en un momento. Me ahorraría los taxis, los trenes, los aviones incluso. Sería un campeón en atletismo y ganaría en Fórmula 1 con un dos caballos. Pero no iría a ningún sitio. Porque ni removería el pasado ni arruinaría el final de mi película, que me está pareciendo muy interesante, por ahora. Me vería muy tentado de visitar a cierta gente, pero intentaría mejor corretearme el presente, que ya ocupa bastante espacio en mis pensamientos y deseos. Me valdrá con haber vivido la vida una vez y día a día.  

viernes, 23 de septiembre de 2011

Para ver animales no hace falta ir al zoo


Se nos está yendo la hoya. Eso es lo que está pasando. Porque no puede haber otra explicación. Hoy me he encontrado con un vídeo de dos niños en Inglaterra (insisto en que la gente de Occidente piensa que los africanos son unos subdesarrollados), peleando en una jaula, jaleados por 250 personas. Niños de ocho años, llevando sus batas (con sponsors en ellas) tipo Rocky entrenando, llegando al ring, esperando a que una chica en bikini anuncie el primer asalto y enzarzándose en una pelea que, aunque se ve medianamente inofensiva uno de los niños rompió a llorar en medio de la pelea y no deja de ser una pelea de dos niños de ocho años jaleada por 250 personas ¡y en una jaula!
Ya me parece una atrocidad hacerlo con gallos pero, ¿con niños también? “Pues entonces que no hagan kárate ni judo”, dicen algunos. Pues que no lo hagan. ¿Qué necesidad tiene un niño de seis años de ponerse a dar mamporros? “No seas bruto, Antonio, que es un deporte”, dirán otros. Sí, y también es deporte el tiro con arco y no le he comprado un arco y unas flechas al niño por Navidades, ni un caballo para que practique hípica, que también es un deporte, aunque bueno, al menos esto implicaría entrar en contacto con la naturaleza, aprender el respeto y cuidado de los animales, tener responsabilidades, etc. Pegarse con otro niño de seis no tiene nada de positivo, por mucho que los puristas me vengan a decir que es un deporte.

Nos estamos volviendo majaras, de verdad. Luego leo que ha habido un pavo en China que ha tenido encerradas a seis muchachas en un sótano para violarlas durante años. Dos murieron. Sé que esto no es la regla general, pero joder, no por eso deja de acojonar y de dar que pensar. Le escuché decir un día al profesor de Ciencias Políticas de la Complutense, Juan Carlos Monedero: “Un optimista es un idiota simpático, un pesimista un idiota antipático; lo que se trata es que no seamos idiotas”. No sé si estar muy de acuerdo o no con esta frase, pero sí con que cada vez nos estamos volviendo más idiotas si pensamos que cosas como la de animar a dos niños en una jaula para que se peguen es algo positivo. “Si no se hacen daño, ni nada”, dice la dueña del local. Ah, bueno, pues nada, señora, como no se han roto nada ni ha llegado la sangre al río, lo mismo es que es hasta sano porque hacen ejercicio, ¿qué le parece si la próxima vez ponemos a su puta madre en la jaula?
Pero es que el padre de una de las criaturitas también dejó su frase célebre y dijo que él no obliga al niño, que al hijo le encanta y que como quiere hacerlo pues que lo haga. Pues nada, cuando mañana te venga diciendo que lo que le mola es partirle piernas a la gente pues que lo haga también, porque como le encanta, pues alegría.

A lo mejor soy un poco radical con este tema pero yo pensaba que todo esto de tener hijos era para cuidarlos, para darles una educación basada en el equilibrio, el querer a los demás y el encontrarse a uno mismo a través de experimentar y compartir, ¡pero no a golpes en una jaula! Deberíamos llevar a Esperpento Aguirre a Inglaterra que seguro que ella los ponía a todos en orden con sus técnicas revolucionaras de enseñanza o, si no, para meterla a ella en otra jaula.

jueves, 22 de septiembre de 2011

¿Los ricos también lloran?


Tumbados en una hamaca junto a nuestra piscina de la casa en Malibú, el sol nos broncea el cuerpo aceitoso, que se muestra esculpido por el buen pasar de los años, las cremas, los tratamientos y una vida acomodada. Mojando lenta y delicadamente nuestros labios con el gintonic que la chica que tenemos como cocinera, limpiadora, niñera y otros menesteres varios, nos ha servido tras el suculento almuerzo, notamos el sabor metálico deslizándose lengua abajo, cual trampolín que permite al líquido abandonar el perímetro bucal para caer por la cascada que refresca la garganta y el esófago y que luego se pierde y mezcla entre nuestra sangre, haciéndonos sentir, tras un rato, en una burbuja de evasión, que apoyaremos cerrando los ojos bajo las gafas de sol de 5.000$ que nos compramos la semana pasada. Es el quinto par que hemos comprado este mes.

Cuando el sol nos haya tostado lo suficiente, nos incorporaremos en la hamaca y nos protegeremos bajo la sombrilla que hay instalada justo en la zona donde el césped que nos pusieron el pasado verano espera impaciente por ser pisado, acariciado con las puntas de los dedos y correteado por los niños, en alguna de esas fiestas que se montan de vez en cuando, para que jueguen con sus amigos. Allí, hay una mesa en la que descansa el periódico de la mañana. Le echamos un vistazo y nos horrorizamos con las barbaries que pasan en el mundo, con el sufrimiento de pueblos aterrorizados por la violencia y la corrupción, por la falta de libertad, por la tortura, por la enfermedad, por la muerte.
Junto al periódico, el móvil vibra indicándonos que alguien llama: es nuestro consejero privado, el que nos asiste en las finanzas, en las apariciones públicas; nuestra mano derecha. Nos llama para decirnos que de nuevo hemos salido en la revista Forbes como el hombre más rico de Estados Unidos, además de ser el segundo del planeta. Sonreímos satisfechos. Sobre todo cuando nos dice que la misma revista nos ha calificado como el “ser humano más magnánimo de la tierra", comentario justificado por los 28.000 millones de dólares donados en los últimos años, para paliar diferentes males. Acabamos la conversación y le propinamos otro trago a la copa. Sonreímos de nuevo satisfechos. Nos levantamos y nos tiramos a la piscina sabiendo que, no seremos los más guapos, pero sí somos los más ricos y también los más generosos.

Esta historia puede que sea un día cualquiera de Bill Gates. No sé dónde vive, pero me imagino que no en un apartamento alquilado de Brooklyn. No sé si tiene piscina o si le gusta tomarse una copa al mediodía, después de comer. Tampoco me importa. El caso es que es complicado imaginarse que este hombre pueda nunca entender qué es lo que le pasa por la cabeza y el estómago a ninguno de los millones de beneficiados a los que ayuda anualmente a través de la fundación cuyo nombre comparte con su mujer. Aunque hay que reconocer que lo hace. Pero me preocupa el que con el dinero de unos cuantos se pueda dar de comer a millones de personas que mueren por no hacerlo y que quede claro, mueren, no es que se salten el desayuno, no, es que se mueren. Esto no es nuevo. Y hablamos de la crisis porque hay gente en paro y gente que no llega a final de mes. Pero insisto, hay gente que muere de hambre y no nos planteamos el que las cosas vayan mal en este aspecto. Hay algo que no estamos haciendo bien, por cojones, que lo estamos haciendo como el culo. Hemos dejado la globalización a los mercados pero nos hemos ser olvidado de ser globales a la hora de preocuparse por los demás. Si no lo hacíamos en tiempos boyantes, ahora pues menos aún, aunque siempre hay dinero para ayudar a que los bancos griegos no se arruinen.
Señalamos a los ricos que no dan suficiente pero, el resto, empezando por el que escribe, ¿qué hacemos?


miércoles, 21 de septiembre de 2011

Uno de los secretos mejor guardados


Hoy cambio de tercio. Dejo de lado la política, el 15M, las manifestaciones, las estupideces de Esperpento Aguirre y otras muchas cuestiones en el aire que sin duda merecen mucha atención, pero que las dejaré para otro día.

Cuando aún vivía con mis padres, cierto día, mi amigo Ramón me dejó un documental (en VHS) sobre los aztecas. Me impresionó sobremanera el contraste de crueldad y refinamiento de la civilización. Demostraban lo uno, por ejemplo, a través de los ritos que hacían, sacrificándole niños recién nacidos a los dioses, y lo otro a través de versos repletos de sensibilidad y hermosura, entre otras cosas. Me obsesioné con el tema y leí profusa e intensamente cuanto pude encontrar sobre los aztecas. Hoy por hoy, como lo he dejado en el cuarto de los trasteros, apenas me acuerdo de nada.
Lo mismo me pasó con la batalla de Trafalgar, que usé para una historia en la universidad. Me aprendí hasta quién capitaneaba cada nave española en aquella estrepitosa derrota franco-española, en la que se perdió el barco de guerra más grande del mundo: El Santísima Trinidad y también, en el bando contrario, al gran almirante Nelson. Me duró bastante el recuerdo de números, fechas, datos, anécdotas y personajes relacionados con este evento, pero ya apenas me acuerdo de la mitad, debido al desuso de este momento histórico en mi memoria.

Sin embargo, hay un tema del que nunca dejo de leer. Hay un tema que, aunque no me obsesiona, sí me apasiona y del que me encanta aprender cosas nuevas constantemente: el sexo. Es por eso que encontrar un artículo sobre los orgasmos femeninos ha sido casi orgásmico en sí mismo. Bien, no voy a hablar del eterno debate sobre el punto G, ése se lo dejo a la guerra existencial entre ingleses (para ellos es un mito) y franceses (que por supuesto lo consideran como algo real). Me gustaría mencionar el descubrimiento del que se ha hecho eco el estadounidense Journal of Sexual Medicine y en el que, tras pruebas masturbatorias a once mujeres, mientras se tocaban conectadas a ordenadores, han descubierto que no es sólo el clítoris el que produce orgasmos. La vagina y el cuello del útero también, y en otra escala de valores, hasta los pezones. Vamos, que cualquier día le tocas el codo a la vecina al entrar en el ascensor y le arreglas el día. Antiguos estudios decían que sólo el clítoris producía el orgasmo y que cuando una mujer lo alcanzaba con tan sólo la penetración era debido al rozamiento. La masturbación colectiva de estas mujeres durante cinco minutos dice lo contrario, ya que las zonas señaladas tienen sus propias terminaciones nerviosas independientes.  

En las mujeres, durante la masturbación, se le conectaron áreas del cerebro (casi 30), entre las que se encontraban las relacionadas con el tacto, la memoria, e, incluso, el dolor. Justo las que se me conectan a mí cuando no tengo sexo. ¡Qué curioso!

martes, 20 de septiembre de 2011

No corta el mal sino vuela


Si es que lo queramos admitir o no, hay algo que está cambiando. Ahora que los del 15M parecen más David que nunca, ahora que los medios están buscando nuevas noticias en las que centrarse, ahora que todo parece dormido. Es justo ahora cuando de pronto sale un rayo de sol en el panorama político europeo y ocurre justo aquí, en Berlín. ¿Qué es eso a la que tanta importancia le quieres dar? Preguntarán algunos. Pues es a las últimas elecciones de la ciudad, donde ha salido de nuevo como alcalde un juerguista gay que le ha dado la vuelta a la ciudad a base de no esconder nada y de preocuparse por una juventud que necesita sentirse joven, ser comprendida. Ha dado espacios para todos y eso se ha notado en las urnas, por tercera legislatura seguida. Pero esto no es a lo que me refiero en cuanto a los cambios a los grandes, a los que dan esperanza. Estoy hablando del Partido Pirata. Un PP muy distinto al nuestro. Sin promociones millonarias, ni escandalosas campañas han conseguido nada menos que 15 escaños y un 9% de todos los votos. Ahí queda la cosa, que no es moco de pavo. Su líder tiene 33 años, es un pive como otro cualquiera que le gusta hacer cosas por la gente que le rodea. Quiere libertad en muchas cosas, las que muchos jóvenes quieren, como por ejemplo a la hora de tener un sistema justo de votaciones, o a la hora de cargar y descargar en Internet. Le preocupa la transparencia y que haya una participación ciudadana real. Unos locos, vamos. Unos pirados que piensan que la política convencional no es la solución de nada y unos locos que han conseguido que 120.000 personas los crean, pese a que no tienen un programa electoral definido o pese a que ni siquiera saben qué van a hacer esta legislatura. 

No sé si el 15M podrá aguantar las embestidas de las tradiciones reinantes, ni si el pueblo español seguirá culpándolos de lo que pasa en el país, “porque no hacen nada”. No sé que ocurrirá con ellos, pero el caso es que siguen, los que sean, con una obscena creencia de que el mundo puede cambiar. No sé si soy yo y mi ceguera voluntaria, pero no recuerdo haber leído tantas noticias sobre manifestaciones, huelgas y sentadas en toda mi vida. No soy de los 60 ni viví los 70 con lo que para mí el sexo no es libre (que el amor siempre lo es, además de liberador), ni los ácidos legales, ni las ropas dos veces mi cuerpo. Yo soy de el anuncio de los chavales levantándose en el gimnasio diciendo que el condón era suyo, de los que eran educados en ver a los porretas como si fueran terroristas y de los que sólo ven camisetas ajustadas en las que se te marcan hasta las venas. Aún así creo en las revolución de la pasión, en blandir protestas como única arma que nos han dejado al pueblo, empequeñecido tras el paso de los años, sin preguntas ni respuestas.

El 20N nos dan superpoderes. Todos nos convertimos en superhéroes por un instante y nos otorgan el mismo poder que llevamos pidiendo desde hace mucho: decidir. Dios en su infinita grandeza nos otorgó la posibilidad de borrarlo del mapa, de olvidarlo y hacerlo desaparecer, dicen algunos. El gobierno nos da la misma oportunidad, borrarlos a ellos y a los otros. Ya va siendo hora de que nos convirtamos de verdad en lo que queremos ser y que seamos capaces de convertir España en lo que deseamos que sea.    

lunes, 19 de septiembre de 2011

Se me acabó el amor de tanto olvidarlo


No me he puesto romántico, no. Tampoco trágico. Simplemente sigo recogiendo noticias que leo y que me parecen significativas, como es el caso de la que habla de los divorcios en España. Han subido, han bajado las separaciones. Es decir, la gente en el 2010 aún tenía dinero para acabar legalmente y de forma definitiva una vida y proyecto en común tras, según la media, 15.5 años de matrimonio. En los tiempos que corren, yo firmaría ahora mismo el poder estar enamorado y feliz durante ese tiempo con la misma persona. Sin dudarlo. Eso me dejaría soltero de nuevo a los 50, edad aún interesante para poder otear nuevos horizontes. Porque seamos sinceros, el amor eterno sólo existe en Latino América (con los culebrones) y en Hollywood. El enamorarse está ahí, eso es evidente, pero la duración de esta reacción química no se sabe cuánto dura (dos años leí una vez en algún sitio, peor no me hagáis mucho caso). No quiero sonar cínico ni derrotista. Se puede sustituir ese embelesamiento por otra serie de cosas, igual de útiles. Algunos lo hacen con vástagos en los que volcarse, otros lo hacen encontrando aficiones comunes como deporte, cine, drogas, etc. Otros simplemente sacan la picha a pasear y así compensan las ausencias de los primeros besos y abrazos, los cuales no se repiten una vez te estableces con la persona a la que amas.

Vivimos en una  época en la que todo es más efímero que de costumbre, para bien y para mal. Hoy estamos bien pero el día que dejemos de estarlo, tú a casa de tu madre, yo a la de la mía y aquí no ha pasado nada. Esto, que suena a algo terrible, me parece mucho más positivo que esos ejemplos de otras generaciones en las que las mujeres sobre todo, han aguantado carros y carretas (muchas siguen haciéndolo), conviviendo con alguien a quien ya no sólo han dejado de querer, sino que además, han dejado de reconocer. No te acuestas con tu enemigo, sino con un completo extraño. Las generaciones modernas han sido educadas en otro tipo de valores. No te quiero, paso. Me voy a buscar la felicidad a otra parte. Y me parece muy bien. No estoy alimentando la intolerancia ni los caprichos de aquellos que o hacen lo que ellos quieren o se van, no. Estoy abogando por la honestidad en una relación, tanto para empezarla como para acabarla. Y si se tienen niños, mejor que crezcan en dos casas civilizadas y en paz que en una, convertida en campo de batalla, metralla de improperios y tierra de desasosiego.

Quizás esto sea lo que necesitemos para que se detengan los crímenes como el de la semana pasada, en la que tres mujeres han sido asesinadas por sus respectivos. Seguimos cayendo en esta terrible tragedia. Apuntamos hacia las bestialidades que ocurren en cuanto a género en los países árabes y en las tierras frondosas de África. Pero es sólo ver la paja en el ojo ajeno, mientras intentamos cubrir vigas y vigas que siguen arrancando vidas en un país como el nuestro, parte del viejo continente, de la madre de la cultura, gran dominador de mares e imperios, incluso ganadores del Eurobasket otra vez. Pero un pueblo repleto de barbaries, como otro cualquiera.

Duele ver que la gente ya no se quiere, no se respeta, que muere por desamor. Pera más dolería morir sin haber amado nunca. Hay que intentarlo al menos y si dura 15.5 años, a su casa viene.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Las naciones reunidas de Geyper


Si la vida es una tómbola, aquí hay tongo porque no me ha tocado ni un perro piloto, a estas alturas de lo que llevamos. Y es que me gusta esta comparativa de las cosas cotidianas con juegos, en general. Por poner un ejemplo, Bin Laden ha estado jugando al escondite inglés desde que las torres cayeran y a los estadounidenses les saliera de la antorcha de la estatua de la libertad el apuntarle con el láser de un fusil de asalto. Otro ejemplo; el rescate de Grecia sería 1,2,3, pollito inglés (¿por qué el escondite y el pollito son ingleses?). Se van acercando los países “amigos” pero cada vez que uno les mira se paran en seco y el final del juego es cuando uno de ellos llega hasta donde estás y se queda con tu sitio. Seguro que gana Alemania. Wall Street es el Monopoli; flirtear es jugar a las damas; el ejército es el Stratego; Sálvame es el Tragabolas; el matrimonio una partida de ajedrez eterna; y los devenires de cada uno, la Oca.

A mí me encantaban los Juegos Reunidos. ¡50 juegos en uno! Era medio orgásmico tener acceso a tanta diversión toda contenida en una caja de cartón duro –menos cuando a tu primo se le caía Fanta de naranja sobre ella, que se quedaba blanducha por ese lado. Pero daba igual porque había de todo, mundos maravillosos de juegos, cada cual distinto, de su padre y de su madre, distintas reglas, distintas piezas e incluso tableros: lo que vienen a ser Juegos Reunidos. Y lo que hoy atiende bien a este paralelismo es la imagen de las Naciones Unidas. Muchos países, juntitos bajo el mismo paraguas, atendiendo a distintas idiosincrasias pero respetando las reglas del juego. Hay una diferencia sin embargo. Una diferencia tremenda. Y es que en los Juegos Reunidos, todos son iguales, todos pueden participar para divertirse, para interactuar y para pasar una tarde o dos o las que sean, todos disfrutando. En las Naciones Unidas lo que importa son las formas y lo que se aparenta, porque les da exactamente igual el que haya derecho de veto a ejercer por sólo algunos países; el resto a acatar y a callar. Eso es como jugar al parchís y por mis cojones que no te cuentas veinte si comes una de mis fichas, sólo porque yo tengo el poder de decidirlo. Esto, que parece que nunca ocurre, sucederá si Palestina llega hasta el Consejo de Seguridad para pedir autonomía. Alguien quiere vetar esa moción. Y, ¿quién será? Pues el mismo país cuyo presidente recibió un nobel de la paz por adelantado, basándose en el color de su piel y en las buenas intenciones que tenía, como el reconocimiento de Palestina como estado. Pero, cuando el presidente palestino, Mahmud Abás, diga que la paz se conseguirá sólo a través del reconocimiento de Palestina como estado, los Estados Unidos sacarán el comodín del veto y dirán: “va a ser que no, ya si eso otro día”. Y de nuevo nos veremos sumidos en el desconsuelo de esas noticias sin sentido en las que encontramos sólo atentados, muerte y dos pueblos que no tienen la oportunidad de vivir como uno. Mientras tanto, estamos estancados en esta caja de juegos en los que jamás podremos ganar porque o aceptas pulpo como animal de compañía o no jugamos. A mí siempre me ha jodido eso y lo sigue haciendo. Yo soy más de “o jugamos todos o rompemos el tablero y a tirarse a la puta que está en el río” ¿o no era así el refrán?    

viernes, 16 de septiembre de 2011

El botín de los más ricos


Se vuelve a hacer que los más ricos paguen más. Se deja atrás a las familias que son de nivel medio y tienen menos de 700.000€ (más de 115 millones de nuestras antiguas pesetas), es decir que la mía es de nivel a ras de tierra. Sería fácil pensar que los que tienen ese dinero no van a sufrir demasiado dando un poquito, para que así, los que no llegan ni por casualidad puedan tener alguna oportunidad. Pero hay gente que eso lo ve atroz, muy mal, terrible. Hay gente que lo comenta en los bares, en los de cócteles de la zona chic de donde vivas, porque en la tasca de costumbre seguro que la gente lo ve bien; lo critican en los restaurantes de 200€ la botella de vino, porque en el bar de los montaditos seguro que lo ven justo; y por supuesto lo sanciona Botín, que dice le parece muy mal. Claro, cómo no iba a parecerle mal. Si es que le va a tocar pagar y como a él los servicios públicos se la traen al pairo, pues que se jodan los demás.
Sale de titular la opinión de un tío que amasa su dinero a base de engaños y manipulaciones, empezando por las que ejerce su banco –aunque en esto sólo se diferencia de los demás en que a él le han salido bien las cosas– y por las que él ejerce sobre la política de nuestro país, totalmente postrada ante el peso de las entidades financieras a las que bien tuvimos que cubrirles el culo cuando se quedaron sin tela con la que taparlo. “Es por vuestro bien, por el bienestar, porque no se derrumbe el país, bla, bla, bla…”, nos dijeron. Pues que alguien me explique cómo estaríamos si no se hubiera hecho esa gran hazaña rescate.

Los ricos han de pagar más porque tienen más, porque se benefician más, porque han de retribuir lo que consiguen con la gente, con la tierra, con la ayuda del gobierno y con el apoyo del estado. Han de pagar más porque en este sistema neoliberal no tiene más el que más se lo merece, sino el que ha tenido más oportunidades y hay que crear puentes para aquellos que encuentran el acceso a la sanidad, a la educación y a las ayudas sociales. Hace tiempo me dijeron que este sistema es como el que pone un billete de 500€ encima de un árbol y le dice a un cojo, a un manco, a un paralítico, a un ciego y a otro en plenas condiciones físicas: “cógelo”. Evidentemente todos tienen la libertad de intentarlo pero está claro quién lo va a conseguir el primero o al menos quién tiene más posibilidades de conseguirlo. Vamos a dejarnos de chorradas de que todos somos iguales porque no es verdad, porque aunque la ley dice que nos ampara a todos de la misma manera, es un camelo y al final sólo el que tiene medios para agenciarse con los mejores servicios es el que se beneficia, mientras el resto nos quedamos contemplando desde abajo el billete, que no sé ni cómo es porque nunca he tenido el placer de tenerlo en mis manos.

Pero al señor Botín, con sus mejillas sonrojadas y su hermosa barriga de comer muy bien todos los días, le parece muy mal que se le quiten a los que más tienen, porque eso de crear una sociedad justa y equitativa con el acceso de los ciudadanos a los bienes públicos es horrendo para alguien que mejor los retiene para él pudiendo exprimir a los usuarios hasta que ya no nos quede ni oxígeno ni dinero para comprarlo, porque seguro el Santander acabará cobrando también por el aire que respiramos.     

jueves, 15 de septiembre de 2011

El verde color de tus caricias


“Marihuana es el mayor estimulante sexual que existe desde que inventaron el pene de 20cm y es mucho más fácil de encontrar”

Esta gran frase se la debemos a un documental realizado en 1971: Aphrodysiac! The sexual secret of marijuana. En esta obra de arte se estima –según un informe de las Naciones Unidas en el 1951– que alrededor de 200 millones de personas en todo el mundo usan esta sustancia (o usaban, hoy serán más los que lo hacen), traída a nosotros de la mano de la madre naturaleza, sabia proveedora de este tipo de bienes y de otras enjundias varias. Por lo visto la humanidad conoce este regalo de la tierra desde hace 5.000 años y ya en China se usaba ancestralmente por los cirujanos para redimir el dolor del paciente. En la India, a base de látigo, hacían a esclavos ir en pelotas recogiendo los frutos divinos de esta planta, para que nos las estropearan. Cuando acababan el proceso, quitaban los restos adheridos a la piel de los recolectores y con lo extraído hacían hachís. En Estados Unidos, empezaron a usarla para aliviar males como asma, migrañas, depresiones, reumatismo e incluso alcoholismo crónico desde 1840. En 1937 algún graciosillo la ilegalizó. Ahí se jodió el invento. Gente a la cárcel, quemas públicas de plantaciones, etc. Sin embargo, en 1938, el alcalde de Nueva York pidió un informe a la Academia de Medicina de Nueva York sobre el consumo de marihuana en la ciudad. 28 médicos hicieron pruebas de laboratorio sobre todos los aspectos de la droga. Las conclusiones, publicadas en el 1944, desvinculaban la marihuana de ser la causante de ningún tipo de crimen o comportamiento legalmente reprobable. También decía que nadie había muerto de marihuana y que no es adictiva. En 1970 el New York Times se hacía eco de un estudio en el que se comprobaba que sólo un 1% de los asiduos a esta sustancia se pasaban a otras más fuertes.

En fin, el documental es un poco propagandístico, con tintes pornográficos, algo machista y homófobo, pero para la época es bastante valiente. Hoy por hoy tirarían a los leones a cualquiera que fuera capaz de salir en la tele diciendo cosas como: “con marihuana puedo follar durante más tiempo”. Estamos hablando de 1971. También hace una crítica a la hipocresía del sistema estadounidense que permite cigarros, alcohol y armas cuando se cobran tantas vidas, mientras que prohíbe la maría incluso cuando se ha demostrado que no es tan nociva. Por supuesto hoy por hoy han salido otros estudios que dicen que puede ser desencadenante de enfermedades psicóticas pero ante esa crítica no hay una contundencia que pueda justificar si los afectados no podrían haber desarrollado esa enfermedad también, por ejemplo, a causa del consumo de alcohol o por el concreto hábito de cualquier tipo.      

Finalmente el documental intenta reflejar que la marihuana es un increíble instrumento para tener sexo. Aparecen parejas fumando y nada más apagar el cigarro ya están en el tema. Ante esto sólo una reflexión: o bien en Estados Unidos en los 70 todos andaban muy salidos o por favor, que alguien me pase el teléfono del camello.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Las miradas de la discordia


Hay un montón de avispas en Berlín. Es increíble y están en todas partes. Si vas a comprar pan a la panadería, ves los dulces andurreados por decenas de avispas, que se pasean por la comida sin ningún impedimento. Sé que no son moscas y que dicen que cuando hay avispas significa que el aire es muy puro, pero joder, da un montón de cosa comerse un palo de nata que sabes ha sido probado y usado de pista de aterrizaje por ni se sabe cuántos insectos. Además las avispas me parecen unas abusonas. Mientras estás en una terraza se acercan a tu cerveza (al menos tiene buen gusto) y lo hacen con la arrogancia del que sabe que si las molestas demasiado te pueden fastidiar el día con tan sólo una embestida certera. No sé cuál es la función de las avispas en la cadena alimenticia y en todo el ecosistema pero si mañana leyera una noticia en la que dijera que un virus había exterminado la especia, no me inmutaría lo más mínimo.
Quizás al leer esto no muchos han pensado que soy un desalmado sin escrúpulos que no tiene respeto por la naturaleza. Menos mal. Pero cuando hablo con un vegetariano es así cómo me hacen sentir. Porque me como los animales que digo amar. Son dos cosas muy distintas, a mi parecer. Me enternecen las fotos de gatitos en cestas de mimbre y cachorrillos envueltos en mantas aterciopeladas. Me encantaba el anuncio de Scotex e incluso el de Pipín. Veía Lazzy, disfrutaba con Scoby Doo y la vaca que ríe me descojonaba. Los mosqueperros, la hormiga atómica, Isidoro, hasta super ratón. Nos han educado con dibujitos de animales que admiramos y es normal que les tengamos respeto y cariño. No me gusta leer noticias en las que se maltrata a los animales, aunque sea por razones científicas como ese gato al que le han metido una célula fluorescente en el cuerpo que le hace brillar en la oscuridad y parece en vez de un gato un gusiluz. Pero los animales son también comida y mientras no me como un perro o un gato (al menos no sabiéndolo, aunque habiendo estado en un restaurante chino… nunca se sabe), sí me gusta un buen filete de ternera y disfruto del jamón, de la pechuga de pollo, de las morcillas encebolladas y de las chuletas de cerdo. Y esto me convierte en un ser cruel y maligno para algunos.

Escribo esto por algo totalmente distinto. Hoy estaba pensando que el mundo es sin duda como lo miremos cada uno y dependiendo del color de cristal que usemos para hacerlo. Hay cosas que son tan obvias para unos y a la vez son una barbaridad para otros. Me asusta y me maravilla. Como lo hace también el saber que hay una chica inglesa de 32 años que tiene por sueño y meta en la vida ser la mujer más gorda del mundo. Quiere batir el record actual de 361 kilos y ya va por los 330. A pesar de lo que esta cantidad de peso puede hacer en la estética de un cuerpo, ella ve el suyo cada día más sexy y saludable, aunque los médicos dicen que es una bomba de relojería. Dirán que está loca, enferma, pirada, vamos, pero no se le puede obligar a nada ya que no es legal y ella es una adulta. Hay mucha gente que ha muerto por todo lo contrario y que lo hace. Pero para esta chica, porque es así como ve la vida, es lo más hermoso que nadie puede hacer nunca. Me asusta y me maravilla.      

martes, 13 de septiembre de 2011

Si Sófocles levantara la cabeza


Cuenta la tragedia de Edipo que cuando éste nació su padre recibió una sentencia del oráculo nada halagüeña. Le dijo: mira Layo, esta criaturita va a matar a su padre y se va a casar con su madre. Claro el padre dijo, ¿qué me cuentas? Y por si acaso se lo llevó a un páramo perdido y lo colgó de los pies a la rama de un árbol, que digo yo, ya lo había podido degollar o matar a pedradas y se ahorraba Sófocles de escribir nada menos que tres obras sobre Edipo. Pero no, lo colgó y alguien se apiadó del chico al verlo ahí como un jamón, se lo llevó a casa y allí lo crió tan ricamente. Al cabo de los años, Edipo tuve un encontronazo con un hombre, Layo, al que acabó matando y ya de paso se quedó con su esposa, Yocasta, su madre, con la que tuvo cuatro hijos. Casi nada. Si va a haber incesto, lo hacemos en condiciones, se diría el muchacho. Por si no fuera suficientemente enrevesada la historia, Edipo, por mandato del oráculo, se puso a buscar al asesino de un buen hombre de la ciudad en la que habitaba: Layo, sin saber ni que era el hombre que él había matado ni que era su padre. En fin que Topacio al lado de esto es una mierda. Un lío de cojones. Pero eso sí, muy bien escrito.

Yo propongo otra tragedia, también griega y de la misma complejidad e ironía que la de Sófocles: Grecia está en crisis. Le dan dinero a los bancos, como en todos los países hermanos. Grecia sigue en crisis pero los bancos están bien con lo que hay más dudas, que si sí, que si no, que si ahora te doy, que ahora tienes que agacharte, que te bajes los pantalones, que te aprietes la faja, que te pongas de rodillas, etc. Grecia sigue en crisis. Y en Europa no se ha silbado nunca más que en estos últimos meses, especialmente Merkel, que mirando el techo se silba la de Paquito el chocolatero de día y de noche, mientras se rasca la barriga llena de salchichas y beneficios económicos. Pero Grecia sigue en crisis y la crisis ya está tocando fondo, va a hacer un Titanic en cuanto nos demos la vuelta. Y ahora es cuando llega el giro dramático de la historia y la gente se da cuenta de que si cae Grecia se va todo el sistema financiero mundial literalmente a la mierda. Teníamos a Grecia colgada de un árbol por los pies, sin prestarle atención, abandonada pese al ruido de sus gentes en la calle, los documentales explicando su situación (debtocracy es muy recomendable), pese al deber de la Unión Europea de ayudar incondicionalmente a sus miembros. Grecia estaba desahuciada y a nadie le importó lo más mínimo. Ahora se ha hecho grande y se va a cargar a su padre (el capitalismo) y se está tirando a su madre (la UE). ¿Quién dice que la tragedia ha muerto? La diferencia es que Edipo se arrancó los ojos una vez que supo lo que había hecho y aquí es la madre la que se los ha arrancado a él.

Los expertos en Sófocles dicen que el autor, haciendo un preciso uso de la ironía trágica incluye la idea de que el personaje, Edipo, acaba por reconocerse a sí mismo, por saber quién es él en realidad, algo a lo que se le llama anagnórisis. Yo me pregunto si tras esta crisis, este desastre, esta tragedia, nosotros como individuos, los estados y la Unión Europea habremos aprendido alguna lección, si por fin una anagnórisis colectiva será posible. O si por el contrario estamos condenados a repetir esta pieza literaria hasta que nos quedemos sin ojos y nos tengamos que ir exiliados a otro país, como Edipo hizo.