miércoles, 3 de agosto de 2011

Esto se contagia de mala manera


Si ya lo sabía yo. Tanta sentada, tanta manifestación, tanta leche y fíjate lo que ha pasado: que hasta a la tercera edad le da ahora por ponerse rebelde y ahí los tienes de encierro en los hospitales. En Barcelona, hasta a ese colectivo olvidado por nuestra cultura pragmática y utilitarista se le ha ocurrido ejercer presión a través de la unión colectiva. Pero, ¿qué se han creído? ¿Qué hacen estas locas y locos de dentaduras postizas que no están jugando a la petanca o a la peregila? Y lo peor de todo es que a esas edades es muy difícil encasillar a nadie o manipular a la opinión popular poniéndoles etiquetas. En otras palabras, que cuando por cortes presupuestarios decidieron cerrar las puertas del ambulatorio de Colonia Güel, en la ciudad Condal, y un grupo de señoras se plantaron allí sin ánimos de irse, la prensa no pudo descalificarlas diciendo que un grupo de perro flautas se había apoderado de un centro de la Administración. Simplemente callaron y hablaron de los nuevos fichajes del Madrid y del Barça. Esto ocurrió el pasado 30 de junio y por lo pronto, ya han conseguido que el Ministerio de Sanidad se siente a negociar.

A mí me da que esto es un virus y de los chungos, de los que no se curan en dos días, ni de esos a los que se pueden acallar con alguna vacuna improvisada. Me temo lo peor. Imagínense que contagia, no sé, pongámonos en lo terrible: a la policía. ¡Vaya desastre! Sería lo último, que se pusieran a apoyar a los locos esos que están empeñados en tomar plazas y calles. Pero espera, que me he encontrado con un texto curioso:

"Nuestra solidaridad con los verdaderos indignados porque tienen razón en sus protestas a la vez que les pedimos comprensión con nuestra a veces ingrata labor y que dirijan sus críticas a los verdaderos responsables, los políticos" (http://www.sup.es/cont.php?car​p=10&ident=021)

¡Y resulta que es de la policía! Lo que estoy decidiendo, esto es un despropósito y una locura desencadenada que no sé dónde nos va a llevar. Si sigue la cosa así de mal, esto puede desembocar en la tragedia de las tragedias, esto puede acabar convirtiéndose en el detonante que traiga la democracia, la justica, la equidad, el respeto por los derechos sociales de los ciudadanos, una economía pensada desde y para el pueblo, respeto al medio ambiente y puede que hasta los políticos se volvieran majaras y abogaran por todo esto. Pero espera, que me he encontrado con otro texto en el que las clases políticas se pronuncian sobre lo que está pasando y sobre lo que la gente está demandando a gritos y manos alzadas desde hace tres meses. Dice lo siguiente:







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