sábado, 21 de mayo de 2011

Reflexionando que es gerundio


El tema de la semana es sin duda el de las manifestaciones promovidas por Democracia Real Ya. He de confesar que me lo estoy pasando como un enano comparando las noticias de los distintos periódicos, analizando las fotos que eligen, los comentarios de unos y de otros y la manipulación con la que los periodistas tratan de influenciarnos a través de sus líneas. Los joyeros quejándose de que la Puerta del Sol es un desastre porque no venden; Esperanza Aguirre -que cada vez que habla sube el pan-, diciendo que va a hacer una contra-manifestación con nueve mil seguidores, para luego apuntar que era coña; los artistas contribuyendo con su foto por la causa (hasta Alejandro Sanz se ha dejado escuchar, alguien debería decirle que una de las propuestas es dejar libre Internet) y un mapamundi muy entretenido que cuenta y localiza las manifestaciones que se van produciendo a lo largo y ancho del planeta (538!!):
http://www.thetechnoant.info/campmap/

Facebook se ha contagiado de comentarios, de actualizaciones, de fotos, de vídeos, de testimonios, de anuncios… ya no hay status diciendo: “ayer estornudé y se me salieron los mocos en una reunión con los directivos de mi empresa”, ni “llevo una botella de vino y aún no son las 12, si antes de comer me he tomado otra, voy a empezar a pensar que tengo problemas”, ni siquiera “gracias chicas por la noche inolvidable, ¿alguien sabe por qué me escuece la entrepierna?” (cualquier parecido con la realidad… será por algo).
Tampoco veo esas fotos de sitios exóticos, ni los vídeos de niños japoneses dándose leches, ni las comparativas entre la Cenicienta y la boda del principito inglés. Coño, he oído que hasta los animales de la granja están todos muertos de hambre y las zanahorias se han echado a perder. La gente se ha vuelto loca con esto de luchar por valores y democracia y dignidad y respeto y un futuro digno. Ayer por la noche, un viernes de temperatura agradable y una oportunidad espléndida para hacer botellota a lo grande, la gente se puso a manifestarse, así, sin más, porque les apetecía. Salieron a la calle a hablar del trabajo, de los recortes sociales, de la corrupción, del capitalismo y de muchas cosas más que nada tienen que ver con esas conversaciones de viernes por la noche en las que uno se hipnotiza de cervezas y curvas.

Y de esta manera se metieron miles de personas en la jornada de reflexión, invadieron el derecho de que el día antes de votar, hay que callar y no escuchar. Supongo que se mezclarían con los cientos de trabajadores que a las doce de la noche, en punto, se ponen a quitar carteles y banderolas electorales de las calles, para no influenciar al pueblo el día antes de llevarlo al matadero. Pero en España la gente no respeta nada y resulta que el día de reflexión sigue pensando. ¡Qué desfachatez!
Yo como estoy en Alemania, pues no tengo que reflexionar. Esta tarde me voy con unos 1.200 más a manifestarme a una de las puertas de entrada a Berlín (http://es.wikipedia.org/wiki/Puerta_de_Brandeburgo) y a ver qué pasa.
Y cuando oigo a escépticos y contrariados con lo que está sucediendo en el mundo, recuerdo a un profesor que dijo un día en clase: “si piensas que algo pequeño no puede cambiar la realidad, es que nunca has dormido con un mosquito en tu cuarto”.

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