viernes, 25 de noviembre de 2011

Cuando España era aconfesional y los chorizos iban a la cárcel



Con qué dicha recibe uno las noticias del día. Con qué gozo y entusiasmo uno echa un vistazo a esos titulares que te dejan con unas ganas enormes de mudarte al país más alejado que se te ocurra. Con qué alegría pasa uno por las entrañas de los periódicos de los unos y de los otros, encontrándose con calamidades de toda índole. Así, hoy hemos podido presenciar como el gobierno ha querido dejar su última gran obra, su último regalo a la nación indultando a un banquero (que manda cojones que además de no encerrarlos, se pongan a perdonar a los ya acusados y con sentencia firme del Supremo). Y encima, para rematar el día tengo que leer las paguatadas de la defensora de la educación en España: Aguirre, que ya saben, en casa de palo…

Lo de soltar a los banqueros en los tiempos que corren pues nada, no sorprende siquiera. Y menos aún si el banquero es del Santander. ¿Cómo puede permitirse el lujo ahora el PSOE de mosquear a Botín y a sus secuaces? No puede ser. Ahora que ya no están en el gobierno y la SGAE no les desvía dinero, les va a faltar algo de efectivo, para poder seguir dando guerra, desde la oposición y con quién mejor que con la ayuda del zapato más rico del mundo: el Señor Botín. A ése no hay quien lo calce.
Me pregunto cómo se sentirá toda esa gente a la que el gobierno representa, al descubrir que los indultos son usados de esa manera, para este tipo de gente y por el mero motivo de que si no lo hacían, este hombre, Alfredo Sáenz, no sólo tendría que haber ido unos meses a la cárcel sino que también, por el delito, no podría haber sido directivo de un banco nunca más. El Supremo le condenó: prisión e inhabilitación, el gobierno le indultó. Es tan estúpido como por parte de los romanos el soltar a Barrabás, un asesino de romanos.

Para refugiarse en la fe y pedirle a Dios que la hagan ministra, hoy Espe ha ido al XI Congreso de Escuelas Católicas en Madrid, donde ha pedido a los profesores que transmitan los valores cristianos. ¿Cuáles son esos valores y cómo se reflejan en su política? Porque la última vez que miré no se reunió con los profesores que están en la calle quejándose por sus grandes dotes cristianas. Estos profesores se han reunido más de once veces en los últimos meses y no ha ido ni a hablar con ellos, a escucharles, a preguntarles qué pasa, cómo solucionar cosas entre todos; no querer para el prójimo lo que no querría que le hicieran a ella.
Espe insistió en la importancia de los valores cristianos en la enseñanza y pidió a los docentes que no dejaran de transmitírselos a los alumnos, ya que “nadie debe ni puede ignorar el origen cristiano de valores como la igualdad esencial de todas las personas, la dignidad inviolable, la piedad, la compasión o la paz". ¡Toma ya! Así que si todo lo bueno del ser humano tiene su origen en el cristianismo, ¿Moisés era un cabrón? ¿Lo eran las generaciones y generaciones de personas antes de que Jesucristo naciera? Bueno ya lo exponía Saramago en su “Evangelio según Jesucristo”, en el que ponían a San José como cabrón egoísta, al no avisar a nadie del pueblo de que los soldados de Herodes venían de camino a matar a sus hijos e hijas.

En fin, nunca negaré que algunos valores cristianos son bastante necesarios, pero es que yo me quedo con los valores humanos de la solidaridad, del preocuparse por el otro, del no ser un narcisista, egoísta e hipócrita. Valores que vienen del corazón de la gente, que han estado ahí durante siglos antes de que se inventaran el monopolio católico. Esta mujer es una irresponsable al convertir este país en un estado confesional, nos está devolviendo a otras épocas de las que nos costó mucho salir. Si usted cree en el Dios católico y puede permitirse llevar sus hijos a un colegio de curas, pues hágalo, ¿por qué no? Usted verá en qué tipo de libertad quiere educar a sus hijos. Pero si no quiere y lo lleva  a un colegio público en Madrid, ¿tendrá la calidad de la que se queja Espe que no tienen los colegios? A ver qué hace Educación en esta legislatura. Y a ver si el plan educativo no forma parte de otro de los planes secretos del gobierno, como el plan de economía. 

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