martes, 8 de noviembre de 2011

El rey de copas es un violador, ¡que lo echen de la baraja!



Sólo el pensar en el debate de anoche me entra sueño. Dos expertos en comunicación, han estudiado el cara a cara y han dicho en El Mundo que “Rajoy no expresó lo que pensaba y Rubalcaba no dijo la verdad en el debate”, con lo que, ¿para qué detenerse en decir nada? En realidad no nos pilla por sorpresa saber que el futuro presidente del gobierno, toque el que toque, es un mentiroso. 

Hoy quiero comentar algo totalmente distinto, algo que creo me hará parecer políticamente incorrecto e incluso puede que machista, pero correré el riesgo porque estoy un poco hasta las pelotas de tanta gilipollez, encima subvencionada por el Estado. Les pongo en situación:

Un chico sale el viernes por la noche. Está con sus amigos tomándose unas cervezas en el bar de turno, mientras comentan tonterías varias. De reojo, no para de mirar a la rubia de 3º de Farmacia, que conoció en la fiesta de cumpleaños de Marta, la novia de su vecino Javi, el del 1ºB. Cuando se cruzan miradas y se sonríen, como mandan los cánones del apareamiento, el chico se acerca, saluda a la chica, comienzan a hablar y en un momento de la conversación él, hijo de puta manipulador y pervertido le dice: “¿quieres una copa?” ¿Se lo pueden creer? ¿Cómo se puede ser tan miserable? ¿Cómo el ser humano puede caer tan bajo, abusando de los más indefensos?

Muchos habrán pensado que he perdido la cabeza, pero no, me remito a los datos de un estudio muy serio hecho en nuestro país, entre universitarios, en Granada. El primer párrafo del artículo que lo refleja dice lo siguiente:

Aunque resulte inconcebible, un 28% de los universitarios españoles sigue recurriendo a conductas sexualmente coercitivas, como la de 'invitar a unas copas', para conseguir mantener relaciones sexuales con sus compañeras, según desvela un nuevo estudio”.

¿Un 28%? ¡Poco me parece! ¿”Conductas sexualmente coercitivas” invitar a una copa? ¡No me jodas! Que estás hablando de chicos y chicas universitarios con muchos pelos y muchos tiros dados.  Cuando un chico invita a una copa a una chica el mensaje es tan claro como el pedir el número de teléfono o quedar a cenar y cuando a las dos cosas se dice que sí, es que hay tema y batalleo, acabe donde acabe y ocurra cuando ocurra. A esto en mi pueblo se le llama ligar y es cosa de dos.

"Pese a que esta estrategia puede no ser considerada como una conducta explícita de agresión sexual, continúa el gran artículo e informe científico, “lo cierto es que conlleva un debilitamiento de la capacidad de las mujeres para resistirse a un contacto no consentido, facilitando que el agresor logre su objetivo".

No es una agresión sexual explícita pero por si acaso al hombre se le llama agresor. Y es lo que me quedaba por escuchar, que soy un agresor por invitar a una copa a una chica. Sigue la cosa:

“los datos muestran que el 28% de los chicos encuestados reconoció haber invitado alguna vez a una chica a copas para conseguir mantener contactos sexuales con ella. Por su parte, el 44% de las chicas indicó haber sufrido esta práctica en alguna ocasión”.

Pues no me salen las cuentas. Será que la técnica funciona de puta madre o que hay mucha gorrona suelta. No lo acabo de entender. Pero el estudio sí que parece ser un claro ataque a la zona habilitada en Granada para hacer botellonas (una de las pocas en España) y a la conducta sexual de los hombres, quienes parece que de pronto somos todos violadores de barra.

“El alcohol es uno de los factores de mayor riesgo en la ocurrencia de violaciones y está presente en una amplia proporción de incidentes sexuales: la mitad de las agresiones sexuales son cometidas por hombres que previamente han bebido mientras que, en el caso de las mujeres, entre un 30% y un 79%, declara haber consumido al mismo tiempo que su agresor”.

Yo he bebido muchas noches, con y sin chicas de por medio. He invitado a copas, con y sin cama al final, y lo que tengo claro es que el alcohol no hace a un hombre violador, sino que a un violador le da alas para serlo.
Las chicas beben con los hombres cuando les gustan o se sienten a gusto con ellos, sabiendo lo que puede ocurrir cuando el alcohol llega a la sangre y desinhibe al personal. Estamos hablando de mayores de edad, por favor, vamos a dejar de tratar a las mujeres como gilipollas y a los hombres como seres perversos con la churra en la mano, dispuesta a atacar a la vuelta de la esquina. Además, dejen tranquila a Granada, que como dijo aquél, de un sitio donde las tapas son gratis, no puede salir nada malo. 

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