sábado, 5 de noviembre de 2011

Personaje de la semana: José María Aznar



Ya iba yo echando de menos a este hombre de gran integridad y principios de hierro. Un expresidente del Gobierno como Dios manda. ¡Qué elegancia! ¡Qué saber estar! ¡Qué piquito de oro! Atrás se queden todos los Felipes y Anguitas del mundo que como el Jose no hay nadie. Y ahí lo tienen. Haciendo más abdominales al día y con más dinero que el mismísimo Cristiano Ronaldo, estrella de su Real Madrid. ¡Cuánta clase para un solo cuerpo! Y, ¿qué me dicen de sus causas? Con qué tesón y elocuencia defiende a los pobres israelíes, que son vilipendiados por la población internacional. Israel que es el estandarte del mundo occidental y que, como Aznar bien dice, hay que defender “o empezarán a atacarnos” los malos, los moros, los terroristas, los palestinos, los de Al-Qaeda, los de Herzebolá, los vendedores de kebabs, todos los que miran a La Meca, los infieles que adoran a Alá. Menos mal que Aznar está aquí para decirnos de quién defendernos y con quien juntarnos. Porque ésa es otra. ¡Qué amigo de sus amigos es Aznar! ¡Y qué amigos! Dime con quién te juntas y te diré lo grande que eres: Bush, Bibi Netanyahu, Murdoch… Padres de la democracia, la justicia y el amor al pueblo.

Últimamente anda de lo más contento. Los “suyos” van a ganar, dice. Todos estamos muy contentos por eso, ya que sólo el PP puede sacarnos de esta crisis, sólo ellos saben cómo hacerlo. Ya tienen experiencia. Lo hicieron hace más de una década y miren lo bien que dejaron el país todo lleno de pisitos, jóvenes sin estudios, Atocha redecorada, empresarios con la gota, contratos laborales dignos, estructuras sociales sólidas, derechos de la persona según el código canónico, etc. Porque oye, eso de que “nosotras parimos, nosotras decidimos” será a la hora de elegir el detergente, si se le echa cebolla o no a la tortilla y si se empieza a planchar las camisas por las mangas o por el cuello. Nada más. Y eso de que se casen los maricones… ¿nos hemos vuelto imbéciles? ¿Queremos ir todos al infierno? El estado no está para alentar ni vicios ni enfermedades y la homosexualidad es una de las dos, o las dos a la vez, si me apuras. Las extravagancias a Londres y las películas eróticas a París, que es lo que se ha hecho siempre. En España somos más de misa de once, caña de al mediodía y telediario tercera edición. Y eso se perdió cuando José María Aznar, emulando a sus grandes amigos yanquis, decidió no presentarse más y dejar el relevo al que será nuestro gran futuro presidente: Mariano Rajoy, otro grande de España.

Pero yo no pierdo la esperanza (Madrid tampoco). Ahora que el cielo español se ha llenado de gaviotas (y el mar pronto de chapapote) y que las flores, sonrojadas, han perdido hasta el último pétalo, estoy seguro de que nuestro Jose volverá a resurgir cual ave Fénix de entre sus cenizas, con su grito de gloria y alabanza, que tantas vidas ha alegrado: ¡Viva el vino!    

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