Quien roba a un ladrón…

Juan Bautista vivía de langostas (insectos) y miel silvestre. Su primo Teddy era más de marisco y un buen Ribera. El primero predicaba que el Mesías estaba de camino, el segundo que ya había llegado, encarnado en sus entrañas y en su sutil manera de quedarse con todo el personal. Con cara de tontos se habrán quedado los que lo defendían a capa y espada, ante el aluvión de pruebas contra su persona y su particular manera de llevar las cuentas de la irrefutable e intachable SGAE. Hay que apoyar y defender los derechos de los autores, decía, pero no sabíamos que se refería a los autores de todo tipo de obras de arte, como la suya de engañar a tanta gente, en sus mismas narices. Eso sí, no lo hizo solo. Ahora se sabe que mucho dinero era desviado a organizaciones y fundaciones unidas al PSOE, al gobierno, al mismo que le dio la espada de cortar cabezas y la libretita de poner multas, hasta en los institutos y las fiestas de los pueblos. Ahora querría escuchar yo a Ramoncín.

Así que voy a poner las cosas en orden. Alejandro Sanz, gran erudito y defensor de los derechos de autor (los compara con el hambre infantil en África), graba un disco. Yo me lo descargo (esto merecería prisión por mi gusto musical, más que por otra cosa) porque paso de pagar 20€ para luego encontrarme que sólo hay una canción –la que ni siquiera sé si me gusta o no, pero que tarareo allá donde voy porque la radio se ha encargado de ponerla a todas horas en todas las emisoras y todos los programas han sacado al cantante con su nueva canción, cantada en playback– que me hace gracia y que el resto son una porquería. La SGAE viene a mi casa y me dice que soy muy malo, un criminal, porque no he respetado el curro de ese señor, que me ha estafado vendiéndome por 20€ una porquería de canción. Me ponen 500€ de multa. Yo, en un acto de contrición, y coerción, pago la multa. De esos 500€, vamos a poner que la mitad, si no más, van al PSOE, que es el partido en el gobierno, gobierno que se encarga de darme prestaciones y un nivel de vida suficientemente bueno como para poder permitirme comprar una mierda de CD por 20€, sin que ello suponga mermar mi vida social. Pero en realidad el gobierno no hace nada de eso, si no que jode la economía del país, mi jefe me deja sin curro, no llego al año con él por lo que no me pertenece paro, no hay ayuda y me quedo en casa sin un puto duro. Hay nuevos CDs (no de Alejandro Sanz porque cada uno que hace le pagan años de tocarse las pelotas en Miami, donde reside para no pagar impuestos que permitan mejorar el nivel de vida y que así la gente pueda permitirse comprar su música quinceañera) y ya puesto, nuevos libros (que cuestan 15€ mínimo), pero no puedo comprarlos porque no tengo dinero, aunque afortunadamente lo puedo pedir a mi biblioteca local, yo que tengo suerte que tengo una y que sólo tardará unas semanas en traer Luz de Agosto de Faulkner. Música: spotify y youtube, dependiendo del país y si tengo Internet o dinero para tener un ordenador. El resto que acceda a la cultura popular, es decir, a lo que le cuenten en los bares (la gente acabará pidiendo que le cuenten qué pasa en el mundo, no que le den un euro) o en La Farola, que es gratis. Mientras, Teddy Bautista, con sus amigos los políticos, riéndose y comiendo a dos carrillos. Y yo, en casa, que tengo suerte de tener ordenador e Internet, sin poder descargarme lo último de Almodóvar, de Sigur Rós o de Isaac Rosa (que su libro está en formato digital).

Me remito al título de la entrada de hoy: quien roba a un ladrón…