jueves, 10 de noviembre de 2011

Donde dije trigo, digo Rodrigo y fumar es un placer





Algunos políticos gozan de una memoria famélica. Lo mismo un día no saben si se han tomado la pastilla de la mañana, como que otro dicen que van a reformar una ley que ellos mismos aprobaron. Es lo que hay. Rajoy no podía ser menos. Pero me parece bien porque en este mundo hacen falta rockeros que líen orgías en habitaciones de hoteles, actrices que conduzcan borrachas y políticos que protagonicen polémicas. Es como el mundo ha de funcionar. Así no nos aburrimos y pensamos que nuestra hipoteca, el paro y el tedio de morir cada día un poco más frente al televisor, no es nada comparado con lo que le ha caído al médico de Michael Jackson o al director de cine que ha dicho que “ensayar es de maricas” y le ha caído ciento y la madre por hacer declaraciones homófobas. Es como decirle a un árbitro hijo de puta y que te denuncien por meterte con su madre. Hay que entender el contexto y no ser más papista que el papa.


La noticia de hoy va de traer viejos humos a España. Los del tabaco a los bares. Porque Rajoy es de los que les gusta echarse su purito después de la comidas y claro, no puede ser que no le permitan hacerlo en ningún sitio. Así que, por el poder de la Constitución y de Grayskull, a cambiar la normativa y todos contentos, que algo bueno tendría que aportar el ser presidente, aparte del sueldo vitalicio y el futuro empleo en una multinacional.
Rajoy sorprendió en una entrevista de Antena 3 diciendo que la nueva ley (apoyada el año pasada por él y los suyos) es un poco radical y que hay que buscar puntos intermedios. Yo soy de humos y claro, esta noticia me agrada, como a muchos otros, pero ya de pronto nos volvemos a olvidar de la salud y nos apuntamos al carro de que si se fuma y se consume, probablemente el gobierno podrá anotarse un puntito en el largo camino de la recuperación económica del país, consiguiendo engrosar poco a poco las arcas del Estado a base de cubatas y cigarros, cuyos impuestos sin duda subirán. No está mal la estrategia: subimos el precio de los vicios, privatizamos la sanidad y nos ahorramos una pasta en jubilaciones (nadie llegaría a la edad o bien porque la acabarán poniendo a los 86 o bien porque la palmaremos antes de cirrosis o cánceres varios).
Del trabajo tampoco hay que preocuparse ya que la Unión Europa ha anunciado hoy que se prevé una regularidad en el paro hasta el 2013. Es decir, cinco millones de parados dos años más. Grandes previsiones. Lo mismo nos quieren meter miedo para que cuando SuperRajoy consiga reducir cifras (que lo hará, no me cabe duda, pero atención cómo), Europa pueda felicitar a España (como otrora hiciera con Aznar) y decir: “¿Ven? Éste es el modelo que hay que seguir. El de liberalizaciones, privatizaciones y recortes sociales. Así es como un país sale adelante” (aunque que yo sepa eso también lo intentó Zapatero y no coló).

Yo sigo sin creerme que la vía para solucionar los problemas de un Estado es lavarse las manos y darle los trapos sucios a otros, para que se encarguen de ellos. En el momento en el que se privatice, la igualdad muere. Esta realidad la recordaremos muy pronto los que no tenemos ni propiedades ni relucientes cuentas bancarias. Los otros nos mirarán desde arriba, con sus puros, sus leyes y sus risas socarronas preguntando: “¿Lo ves? España va bien”. Pero España lleva ya más de una década sin ir ni remotamente bien. A ver lo que nos queda.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario