miércoles, 23 de noviembre de 2011

Fueron felices y comieron…




A veces me pregunto si la coincidencia de algunas noticias no es tal, sino mala leche y muchas ganas de cachondeo. Por ejemplo, sale en los periódicos que, según la revista económica Forbes, la profesión más feliz del mundo es la del sacerdocio. Se puede interpretar de muchas maneras. ¿Es el sacerdote más feliz porque es soltero y no vive con ninguna mujer? ¿O es que es más feliz porque su profesión y su fe le nutren de gozo? ¿O es que los baremos con los que Forbes mide la felicidad son un tanto extraños? Pues no lo sé. Pero sea lo que fuere, también ha salido publicada otra noticia, en la que se destaca la expulsión de un obispo en Irlanda por temas de pedofilia. Así que ya ven, la misma institución que está en contra de la homosexualidad, ha de luchar con gente en sus entrañas que van incluso más allá y mantienen relaciones con menores. Ironías de la vida como irónico es que pongan las dos noticias juntas.

La homosexualidad también se ha puesto de moda en estos días, en las noticias. Rouco dando su apoyo a Mariano, se ha colado un beso de dos chicos en la televisión y ya, como colofón de las noticias al respecto, “el alcalde de la localidad de Huarmey, en Perú, ha advertido a los habitantes de este pueblo de que el agua del grifo puede convertirles en homosexuales porque contiene altos niveles de estronio” (que conste que el periodista escribe estronio, no yo, y lo hace durante todo el artículo. A mí me parece que se refiere al estroncio, que es para curar cáncer). Así que ya ven cómo se encadenan las noticias sobre el mismo tema.

Ya lo decía Evo Morales: los transgénicos nos hacen maricones. Porque sí, la homosexualidad es una enfermedad que te entra cuando se te destruyen las hormonas masculinas, todo el mundo sabe esto. Por eso Evo Morales echó la culpa a las pobres aves de corral y dijo que si comías pollo acabarías comiendo pollas. Y se quedó tan fresco. Como más de uno en Perú, que estará comprando agua embotellada, para no coger una homosexualitis, la única enfermedad que no se trata con supositorios, cuando eres niño.

Así seguimos. A esta altura de la película y leyendo historias para no dormir. Soltando la mierda que sea donde sea y viendo como hay gente que la acepta encantada. Por lo que si el partido gobernante decide acabar con las libertades de aquéllos que no son heterosexuales, y la Iglesia lo defiende y apoya, pues nada, se quedarán protestando los de siempre y poco importará en las azuladas Cortes españolas. Es algo que lo mismo tenemos que vivir muy pronto. Ojalá me equivoque.

Una cosa sí; La Iglesia y sus sucursales han de empezar a controlar su alimentación. A partir de ahora que dejen de comer pollo y a beber agua embotellada.     

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