martes, 13 de septiembre de 2011

Si Sófocles levantara la cabeza


Cuenta la tragedia de Edipo que cuando éste nació su padre recibió una sentencia del oráculo nada halagüeña. Le dijo: mira Layo, esta criaturita va a matar a su padre y se va a casar con su madre. Claro el padre dijo, ¿qué me cuentas? Y por si acaso se lo llevó a un páramo perdido y lo colgó de los pies a la rama de un árbol, que digo yo, ya lo había podido degollar o matar a pedradas y se ahorraba Sófocles de escribir nada menos que tres obras sobre Edipo. Pero no, lo colgó y alguien se apiadó del chico al verlo ahí como un jamón, se lo llevó a casa y allí lo crió tan ricamente. Al cabo de los años, Edipo tuve un encontronazo con un hombre, Layo, al que acabó matando y ya de paso se quedó con su esposa, Yocasta, su madre, con la que tuvo cuatro hijos. Casi nada. Si va a haber incesto, lo hacemos en condiciones, se diría el muchacho. Por si no fuera suficientemente enrevesada la historia, Edipo, por mandato del oráculo, se puso a buscar al asesino de un buen hombre de la ciudad en la que habitaba: Layo, sin saber ni que era el hombre que él había matado ni que era su padre. En fin que Topacio al lado de esto es una mierda. Un lío de cojones. Pero eso sí, muy bien escrito.

Yo propongo otra tragedia, también griega y de la misma complejidad e ironía que la de Sófocles: Grecia está en crisis. Le dan dinero a los bancos, como en todos los países hermanos. Grecia sigue en crisis pero los bancos están bien con lo que hay más dudas, que si sí, que si no, que si ahora te doy, que ahora tienes que agacharte, que te bajes los pantalones, que te aprietes la faja, que te pongas de rodillas, etc. Grecia sigue en crisis. Y en Europa no se ha silbado nunca más que en estos últimos meses, especialmente Merkel, que mirando el techo se silba la de Paquito el chocolatero de día y de noche, mientras se rasca la barriga llena de salchichas y beneficios económicos. Pero Grecia sigue en crisis y la crisis ya está tocando fondo, va a hacer un Titanic en cuanto nos demos la vuelta. Y ahora es cuando llega el giro dramático de la historia y la gente se da cuenta de que si cae Grecia se va todo el sistema financiero mundial literalmente a la mierda. Teníamos a Grecia colgada de un árbol por los pies, sin prestarle atención, abandonada pese al ruido de sus gentes en la calle, los documentales explicando su situación (debtocracy es muy recomendable), pese al deber de la Unión Europea de ayudar incondicionalmente a sus miembros. Grecia estaba desahuciada y a nadie le importó lo más mínimo. Ahora se ha hecho grande y se va a cargar a su padre (el capitalismo) y se está tirando a su madre (la UE). ¿Quién dice que la tragedia ha muerto? La diferencia es que Edipo se arrancó los ojos una vez que supo lo que había hecho y aquí es la madre la que se los ha arrancado a él.

Los expertos en Sófocles dicen que el autor, haciendo un preciso uso de la ironía trágica incluye la idea de que el personaje, Edipo, acaba por reconocerse a sí mismo, por saber quién es él en realidad, algo a lo que se le llama anagnórisis. Yo me pregunto si tras esta crisis, este desastre, esta tragedia, nosotros como individuos, los estados y la Unión Europea habremos aprendido alguna lección, si por fin una anagnórisis colectiva será posible. O si por el contrario estamos condenados a repetir esta pieza literaria hasta que nos quedemos sin ojos y nos tengamos que ir exiliados a otro país, como Edipo hizo.

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