viernes, 23 de septiembre de 2011

Para ver animales no hace falta ir al zoo


Se nos está yendo la hoya. Eso es lo que está pasando. Porque no puede haber otra explicación. Hoy me he encontrado con un vídeo de dos niños en Inglaterra (insisto en que la gente de Occidente piensa que los africanos son unos subdesarrollados), peleando en una jaula, jaleados por 250 personas. Niños de ocho años, llevando sus batas (con sponsors en ellas) tipo Rocky entrenando, llegando al ring, esperando a que una chica en bikini anuncie el primer asalto y enzarzándose en una pelea que, aunque se ve medianamente inofensiva uno de los niños rompió a llorar en medio de la pelea y no deja de ser una pelea de dos niños de ocho años jaleada por 250 personas ¡y en una jaula!
Ya me parece una atrocidad hacerlo con gallos pero, ¿con niños también? “Pues entonces que no hagan kárate ni judo”, dicen algunos. Pues que no lo hagan. ¿Qué necesidad tiene un niño de seis años de ponerse a dar mamporros? “No seas bruto, Antonio, que es un deporte”, dirán otros. Sí, y también es deporte el tiro con arco y no le he comprado un arco y unas flechas al niño por Navidades, ni un caballo para que practique hípica, que también es un deporte, aunque bueno, al menos esto implicaría entrar en contacto con la naturaleza, aprender el respeto y cuidado de los animales, tener responsabilidades, etc. Pegarse con otro niño de seis no tiene nada de positivo, por mucho que los puristas me vengan a decir que es un deporte.

Nos estamos volviendo majaras, de verdad. Luego leo que ha habido un pavo en China que ha tenido encerradas a seis muchachas en un sótano para violarlas durante años. Dos murieron. Sé que esto no es la regla general, pero joder, no por eso deja de acojonar y de dar que pensar. Le escuché decir un día al profesor de Ciencias Políticas de la Complutense, Juan Carlos Monedero: “Un optimista es un idiota simpático, un pesimista un idiota antipático; lo que se trata es que no seamos idiotas”. No sé si estar muy de acuerdo o no con esta frase, pero sí con que cada vez nos estamos volviendo más idiotas si pensamos que cosas como la de animar a dos niños en una jaula para que se peguen es algo positivo. “Si no se hacen daño, ni nada”, dice la dueña del local. Ah, bueno, pues nada, señora, como no se han roto nada ni ha llegado la sangre al río, lo mismo es que es hasta sano porque hacen ejercicio, ¿qué le parece si la próxima vez ponemos a su puta madre en la jaula?
Pero es que el padre de una de las criaturitas también dejó su frase célebre y dijo que él no obliga al niño, que al hijo le encanta y que como quiere hacerlo pues que lo haga. Pues nada, cuando mañana te venga diciendo que lo que le mola es partirle piernas a la gente pues que lo haga también, porque como le encanta, pues alegría.

A lo mejor soy un poco radical con este tema pero yo pensaba que todo esto de tener hijos era para cuidarlos, para darles una educación basada en el equilibrio, el querer a los demás y el encontrarse a uno mismo a través de experimentar y compartir, ¡pero no a golpes en una jaula! Deberíamos llevar a Esperpento Aguirre a Inglaterra que seguro que ella los ponía a todos en orden con sus técnicas revolucionaras de enseñanza o, si no, para meterla a ella en otra jaula.

4 comentarios:

  1. Oye, lo del chino... ¿es también violencia de género?

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  2. Hola Antonio, soy Felipe. A ver si poniendo "anónimo" en "comentar como" puedo publicar el comentario.
    Efectivamente, suceden cosas que hacen zozobrar nuestra fe en el género humano; otras veces, observamos acciones nobles que nos devuelven el optimismo y pensamos que sí, que tal vez aún queda esperanza. Yo, al menos, siempre ando en esta disyuntiva.
    En tus últimos artículos te has acordado de Esperanza Aguirre y está claro que no la tienes en gran estima. Ahí discrepamos, ya que yo tengo un concepto más positivo de esta persona.
    Este otoño seguiré buscando abrigo en esta piel del oso que, la verdad, sienta muy bien. Un fuerte abrazo compañero.

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  3. Felipe, al desplegar la lista "seleccionar perfil" puedes elegir "nombre/url" y ahí introducir el nombre que uno elija, bien sea Felipe, bien sea Esperanza, por ejemplo.
    A mi también me da que Antonio no tien en estima a la señora presidenta de los Madrileños. Algún punto flojo tendría que tener este bloguero. En fin. A ver si lo podemos ir cambiando. Igual podemos irle posteando noticias donde se describan las virtudes y el buen hacer de esta presidenta, y así ir transformando la opinión del antoñito.
    En fin, costará. Por lo menos, que no le llame Esperpento, que eso es una falta de respeto.

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