miércoles, 26 de octubre de 2011

El que se fue a Sevilla perdió su silla




 ¡Cómo ha cambiado la enseñanza! Es una pena. Yo recuerdo aquellos tiempos en los que los profesores eran felices, daban sólo 20 horas lectivas a la semana, tenían vacaciones, un sueldo sin recortes, alumnos e incluso mesas y sillas en las clases. Ahora ya ni eso. Pero bueno, sólo en Andalucía, que es tierra de catetos y analfabetos. Todos lo sabemos, eso es algo que está muy de moda entre los políticos, especialmente, no sé por qué, entre los nacionalistas y los de derechas. Quizás es porque la izquierda lleva anquilosada en la presidencia de mi Andalucía, desde hace siglos. Y sí, digo “mi” Andalucía, porque es res publica y me pertenece, como a cada uno de los andaluces y de los españoles si me apuras. Pero parece que es fácil indignarse con tan fértil cultura, con los campos repletos de tradición, con el arte de los poros que llaman a millones de turistas cada año, con el sur del sur, que siempre está tan mal visto en nuestro país y en otros, pero al que curiosamente todos vienen en busca de armonía, paz, folclore, fiesta, belleza y mucha, mucha simpatía. Donde los tiempos y pueblos han dejado una huella en el tiempo de sus raíces, donde la media luna dormita en las calles de ciudades que nunca fueron conquistadas, sino labradas con otras lenguas y cinceles. ¡Qué ignorante quien dice que Andalucía es analfabeta! 

Esos políticos que no dejan de tocarnos las pelotas con sus constantes insultos, la mayoría infundados, deberían saber que, en Andalucía, la educación es tan válida como la de Madrid o la de Barcelona, le pese a quien le pese. Que el PP haga campaña y diga que el PSOE no vale para nada, lo entiendo. Que quiera empezar a engendrar dudas sobre el sistema educativo público, para así poder implantar el privado y que se joda quien no pueda permitírselo, lo espero. Pero que lo haga a costa de denigrar a toda una comunidad autónoma, me parece una desfachatez. Y además, como en el reciente caso de la portavoz Ana Mato, lo hacen mintiendo, sin informarse, al tuntún. Resulta que esta mujer vio una foto en un diario malagueño donde una profesora estaba dando clases con los niños sentados en el suelo y, ni corta ni perezosa, sin faltarle tiempo, dijo en una entrevista de radio que en Andalucía los niños "están en el suelo en las escuelas". El colegio de la foto ha tenido que explicar que la clase estaba en una jornada de cuentacuentos. Hay que ser cebollina. Pregunta por lo menos, chochona.  

Pero claro, Ana Mato es del PP y por supuesto esta vez no escucho las voces andaluzas que suelo escuchar en defensa de nuestra cultura. Me da mucha pena. ¿Dónde está ese Arenas siempre dispuesto a saltar a la yugular de quien hable mal a su tierra? ¿Y ese Antonio Burgos, torero desde la barrera, que siempre tiene jerga y pluma para contestar a los que cruzan Despeñaperros con espada? Parece ser que los sentimientos no son compatibles con la cartera, bien sea política, bien sea de cuero. 
Yo, por mi parte, seguiré esperando a que se pase la moda de abusar verbalmente, que de actos llevan haciéndolo desde hace muchos años, unos y otros, de Andalucía, pero sin bajar la guardia, porque siempre es fácil meterse con los bajitos. Que nadie me la toque, que nadie se pase con ella, que yo por mi Andalucía, como Belén Esteban, como Ana, ma-to.

1 comentario:

  1. Creo, que no debemos entrar al trapo. Esto no es más que una demostración del buen hacer en separar al personal. Divide y vencerás.

    ResponderEliminar