Secuestro a domicilio

Ignorante de mí, pensaba que ya lo había visto todo en la caja tonta. Pensaba que la televisión no podía ir más allá de granjero busca esposa que le haga la cama, el gran hermano -que ya será al menos tío, después de tantos años-, la isla de los morbosos y el hotel de los sin portada en el Pronto. Pero me equivocaba. Y de qué manera.

Ha llegado a mis manos un artículo que habla de una nueva invención televisiva llamada Ransom (rescate) y que simplemente consiste en el secuestro de un ciudadano (con su consentimiento), durante cuatro días, en el que se le dará una bolsa con 200.000€ en billetes de 10 (tendrá un peso de 14 kilos), dinero que irá perdiendo según no realice las pruebas que le pongan por el camino. Todo esto sin decir nunca que está en un concurso de televisión.

Lo gracioso de esto es que te secuestran sin dejar rastro. Es decir que ni tu familia ni tus amigos tienen la más mínima idea de lo que está pasando y no saben nada de la película. Los seguirán con cámaras espía, para ver cómo reaccionan y espero que si a alguna madre le da un ataque le digan que es de coña y que su hija o hijo está bien.

Me parece curioso cómo apretamos tuercas en esto de hacer concursos, de ganar audiencias, de producir dinero. Quizás esté en este tipo de cosas la solución de la crisis. Imagínense que Zapatero se auto-secuestrara durante un tiempecito. No estaría nada mal, especialmente ahora que parece que con el fin de curso se le está yendo la mano y hasta un nuevo escudo queda, en su maravilloso legado. Casi nada. Un escudo antimisiles que sólo les gusta a los vendedores de suvenires de Rota porque a nosotros ya me dirán ustedes qué falta nos hace eso, que parece sacado de una película de la guerra fría, cuando lo que estamos es intentar no caernos a pedacitos.

A Rajoy sin embargo no hace falta secuestrarle. Ya lo hace bien él solo, sin televisión ni nada. Lleva meses haciendo mutis por la escena política, sabiéndose ganador y a la vez capaz de cagarla a última hora, con lo que virgencita, virgencita, déjame como estoy. En este último trimestre Rajoy ha demostrado que es buenísimo no haciendo nada, algo que me temo no hará en los cuatro años que están por venir y que, mientras muchos lo esperan como agua de mayo, sólo será lluvia que regará los que ya tenían regadío.

Volviendo a la locura de Ransom, me pregunto: ¿cómo sería para un concursante si descubriera que su familia, amigos, mujer y niños, ni se dieran cuenta de que lleva cuatro días desaparecido, si siguieran haciendo su vida como si nada, si las cámaras descubrieran que su mujer tiene un amante, su hijo está enganchado al crack y a las maquinitas tragaperras y su madre se lo hace un gigoló cubano cada viernes en un motel del barrio? ¿Cuánta audiencia traería si el tipo llega a casa todo contento con los 200.000€ pero ha de buscarse un nuevo sitio donde vivir, una nueva mujer que no le ponga los cuernos y tiene que pagarle el entierro a su madre, que ha sucumbido ante las embestidas de los 25cm del cubano?

Benditos los reality shows que alejan nuestros pensamientos de la crisis y no nos hacen darnos cuenta de que no es sólo económica la crisis que vivimos.