domingo, 30 de octubre de 2011

Una hora de regalo




Yo que creía que por fin nos íbamos a poner a la par con las Canarias y resulta que a ellos también les han retrasado una hora. Vaya putada. Con la ilusión que me hacía. Pero bueno, se me ha pasado pronto el disgusto porque con las noticias como están hoy, he tenido que dejar hueco para nuevos dramas en mi vida. Así que, con los sesenta minutos extra que me han regalado, voy a aprovechar para escribir unas líneas y así desquitarme de lo que me ha entrado al leer las noticias.

En Madrid no se pueden usar plazas públicas para manifestarse. No todas, pero las importantes, caen en el saco de las marcadas por la comunidad, Sol, la primera. Si fuera para celebrar cualquier gilipollez, no habría problema. Pero para ejercer el derecho constitucional de libre asamblea y reunión, no. Esperanza se mejora cada día. Es increíble. Cuando a veces uno cree que ya no se puede ir más en contra del sentido común y la justicia, Esperanza Aguirre, la única esperanza que no es verde, sino que te pone verde al escucharla, se saca un as de debajo de la manga y te muestra lo gran prestidigitadora que es. Así que si los del 15M quieren poner tiendas, que lo hagan en el Retiro o en medio de una rotonda, porque los enclaves que sirvieron de referencia para el movimiento están vetados. “De la noche a la mañana, por el poder que la varita mágica de esta comunidad me otorga y sólo durante el tiempo de la campaña electoral, yo Espe, me declaro coartadora y asoladora de los derechos del pueblo. Muchas gracias. Viva yo y mis grandes ideas, como todas las que han hecho que España lidere el índice de fracaso escolar en Europa”, así lo advertía Bruselas en un informe de principios de este año ya casi extinto. ¿Y eso por qué es? Porque en aquellos tiempos, estrenando el nuevo siglo, el gobierno estaba muy preocupado creando puestos de trabajo en el ladrillo y la mayoría de los chavales dejaron los estudios, para irse a buscar el oro que les ofrecían a pié de obra. Nada nuevo bajo el sol.

Pero hablando de leyes chulas, no podemos dejar atrás la que se pone en rigor mañana mismo y que agilizará los desahucios. Sólo se necesitarán 10 días para dejar el piso vacío si no pagan. ¡Qué buena medida en tiempos de crisis! A echar gente a la calle y a asegurarse de que no se vayan a ningún sitio demasiado vistoso, al menos no en Madrid, a protestar por lo que les está pasando. Antes que había bonanza, si tus inquilinos no podían pagar era porque no querían, ya que los bancos estaban regalando préstamos a intereses atrayentes. Así que se les daban unos cuantos de meses para que reflexionaran. Hoy, que estamos todos caninos, si no puedes pagar te vas a la puta calle, que no está el horno para bollos y así, el que tiene una casa además de la arrendada, ya tiene dos. Los conceptos de la propiedad privada son muy curiosos y si no que se lo digan a los responsables del aeropuerto de Ciudad Real, Don Quijote. Ahí lo tienen, vacío, muerto de risa.

Al final el problema de todo esto se reduce al poder y al dinero: unos pueden tenerlo y otros no. A Rajoy le dice The Washington Post que hay que seguir recortando y él se queda tan contento, mientras que en países como Alemania, que ya vacilaban de ir boyantes, ahora resulta que se han encontrado con 55.000 millones de euros. Imagino la alegría. Yo anoche me encontré cinco euros en el bolsillo de una chaqueta y me arregló el sábado. Me llego a encontrar con 55.000 millones y o me hago un aeropuerto para no usarlo o lo invierto en la policía que va a hacer falta para impedir que la gente no acampe en Sol a partir de la semana que viene, que para eso la res publica es del pueblo.


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