jueves, 23 de junio de 2011

Haciendo el amor en los umbrales


“Los detuvieron por atentado al pudor.  Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo.  Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia.  Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales” (Su amor no era sencillo, Mario Benedetti).
 
Esto es uno de los poemas más originales que he leído nunca. Tampoco es que haya leído mucho, no vamos a fardar, pero bueno, de lo que ha caído en mis manos, éste se me ha grabado en la memoria, como cuando se te graba la imagen de un beso, de una mirada o de una noche de hacer el amor en los umbrales de las calles, de los parques, de las cálidas playas del mundo, de tu cuerpo. El caso es que leyendo este poema uno no sabe si ponerse romántico o caliente. Gran dilema.

Me hace pensar en las barreras, en las separaciones, en los muros. Estoy viviendo en una ciudad en la que aún se pueden ver los restos de la pared que separó dos mundos que es uno, dos poblaciones que es una. Imagino a la gente apoyando el oído en la fría piedra, intentando escuchar el latido de los corazones al otro lado, pero sólo recibiendo silencio. Menos mal que eso ya no pasa. Espera, espera. Que sí que pasa. Que todavía hay muros por ahí. Y no hablo sólo del de Gaza, hablo de los muros que no se ven y nos separan más aún que los que se edifican con cemento. Esos muros están hechos de un material más resistente y son más difíciles de derrumbar. Nos hemos olvidado de la belleza de la pluralidad, de la armonía en la convivencia, de lo que nos gustan los besos de tornillo sin pensar en más que en sentir.
Llevan unos días tirando un trocito pequeño de pared en Bilín, Palestina, devolviendo tierras de cultivo a la gente asediada por la tiranía de un pueblo que ha olvidado muy pronto el dolor de sus antepasados. No está mal. Hace tiempo un artista británico cojonudo, Banksy, pintó agujeros de esperanza en Gaza. A ver cuando alguien pega un bombazo de sentido común de una puta vez y acaba con el ridículo circo de estos pueblos separados por el sionismo y la estulticia. Seguimos con la idea de que aún hay esperanza, aunque avance a pequeños pasos.

Concluyo con una conexión de ideas. Hoy he leído que el 1 de agosto, los obispos recibirán las llaves de los colegios de Madrid para que se conviertan en albergues durante la visita del Papa a España. También he leído que el gasto que España hará en dicha visita es equivalente al recorte que se ha hecho en educación. ¿Ironía o jodienda? ¿Tiene la Iglesia la llave de los recortes educativos? ¿No se harían mejores albergues en las espaciosas naves de las iglesias madrileñas, por ejemplo en la Almudena? Además, la catedral tiene unos grandes pórticos y esos pórticos tienen espaciosos umbrales…

Mini-relato: Nació con dos corazones y murió ebrio de amor.

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