sábado, 25 de junio de 2011

Una para los del 77


Ayer murió Colombo. Es una pena. Aunque no creo que eso evite que lo vuelvan a reponer por enésima vez. A Colombo lo hubiera contratado yo para que trabajara en el gobierno. O mejor aún, a Gila, con esa técnica de capturar malos a base de indirectas. Me lo imagino en los servicios junto a Zapatero diciendo: “¿Alguien se ha cargado el país por no poner medidas antes? ¿Alguien se ha dejado llevar por las ideas capitalistas del neoliberalismo y se la ha sudado el pueblo? ¿Alguien va a llevarnos a que la derecha gobierne de nuevo?” Y ya ahí diría: “Vale, vale, sí, soy yo”.  

Porque yo me he criado con Colombo, con Gila al teléfono, con los Hombres G, con Oliver y Benji, con las Mama Chico, con McGiver, con el Un, dos, tres, con Super ratón, con Falcon Crest, con V (el de antes), con el Gran Héroe Americano y con la Hormiga Atómica. He visto reposiciones de Marco, de la Abeja Maya y Heidi nunca me llamó demasiado pero ahí estaba. He visto a España perderlo todo y luego, ya más mayor, empezar a  ganarlo. He leído la Super Pop, Super López y 13 Rue del Pesebre. Veía al Cuentacuentos, a Espinete, a los pitufos y los bonsáis de Felipe González. Fui adolescente con la porno codificada, con las canciones de Madona, de Glen Madeiros y de Wet, wet, wet. Soy de la generación de Indiana Jones, de Sean Connery como James Bond y de Kevin Costner de Jesús. Me he criado yendo a campamentos de verano, sudándomela el tener aparato de dientes y bebiendo calimocho en las fiestas de mi pueblo. Lloré cuando se murió Chanquete (cada verano), jugué a las chapas en los recreos y me gustaba Brenda de Sensación de Vivir.

Soy de la generación del 77 y es por eso, por lo que me ha ido acompañando desde entonces hasta hoy, que me ha convertido en lo que soy. Ni mejor ni peor, pero sin duda especial. Porque no sé si les pasa a las otras generaciones pero cuando la nuestra se junta los efectos son paranormales. Somos la generación que no ve las puestas de sol, sino de la luna; los que vacían bares y reservas de saliva ajena; los que se ríen del mundo porque lo entienden de otra forma y saben que el mundo está hecho de risas no de tiros; somos los que hemos estudiado por inercia pero la inercia la hemos puesto nosotros; no somos la generación perdida sino la que grita “de perdíos al río”; somos los vigilantes de la noche y los que no nos cansamos de contarnos cosas, de juntar almas, de brindar, de soñar, de luchar por lo que creemos, de respirar el humo de la vida.

Soy de la generación del 77 y me encanta compartirla con los que son de otras y me miran como a un bicho raro y me dicen que estoy colgao, porque cuando eso pasa me hace saber que las cosas siguen bien. Y es por eso que hacía falta gente del 77 para el 15M (además del resto) y nuestra generación no podía morir sin vivir algo así, tan intenso, tan sincero, tan desde las entrañas.

Otros también adoran los besos con lengua, la lengua hecha verso, el verso convertido en carne, la carne desnuda sobre la cama, la cama transformada en batalla, la batalla como forma de vida, la vida como testigo de que la exprimimos y abrazamos con toda la fuerza que nos queda. Pero yo soy de la generación del 77, ni mejor, ni peor que el resto pero… joder, diferente sí que es.

6 comentarios:

  1. afortunadamente todas las generaciones son distintas. 'un peazo de abrazo'

    ResponderEliminar
  2. Otro enorme para ti y sí, afortunadamente todas las generaciones son diferentes, eso hace que al juntarnos sea tan divertido. Lo importante es representar a la tuya con alegría :) No sé quién eres (o no caigo al menos) pero gracias por el comentario y por leer la entrada.

    ResponderEliminar
  3. me encanta ser del 77 y me gusta mucho como escribes y lo que trasmites. Hace mucha falta gente como tu Antonio.

    ResponderEliminar
  4. Me imagino que en la del 81 repusieron todo eso de nuevo, porque yo me acuerdo de todo y de la bruja Avería! :D

    ResponderEliminar
  5. Gracias, Tamara, me alegra que te encuentres agusto en mis desvaríos diarios. Un placer tenerte por aquí. Un beso.

    ResponderEliminar
  6. Flabi, cuando yo veía V con 11 años, tú tenías 7, no es tan de extrañar. No estamos tan lejos en el tiempo, ni en las formas. Como decía antes, lo bonito es que las generaciones se mezclen. Yo sólo he querido hacerle un homenaje a la mía, aunque me gusten todas (las generaciones). Un beso, petarda.

    ResponderEliminar